Humberto Silva Cuellar
Me estoy refiriendo al más grande economista que ha tenido la historia; este escocés, en cuyo libro insignia sobre “el Origen de la Riqueza de las Naciones”, le da el carácter de ciencia a la economía, así como el mentor del capitalismo, estipulados en principios y leyes, como la iniciativa privada, el libre juego de la oferta y la demanda -mano invisible del mercado- que conllevaría al equilibrio y la no intervención del estado en la economía.
Pero lo que considero más importante es la explicación y el reconocimiento de que la riqueza de una nación está en el trabajo, – no en la acumulación de metales preciosos, como sus antecesores Mercantilistas o en la tierra como los Fisiócratas- igual que Marx, creador del socialismo científico, quienes coincidieron en la historia, en orillas opuestas, por lo tanto, si es posible la conciliación y el entendimiento desde diferentes puntos de vista. No entiendo por qué no se valora y estimula al trabajador, estructurando reformas tributarias que lo castigan, flexibilización laboral, salarios bajos y sobre todo falta de oportunidades, especialmente para los jóvenes, reforma a las pensiones, entre otras; será que nuestros gobernantes no leen e interpretan la historia, pues seguimos en las mismas, a sabiendas de que el trabajo genera el conocimiento, aumenta la productividad del país, crece la economía y el empleo y se genera un bienestar generalizado, con una distribución de la riqueza creada, de forma equitativa; si analizamos la última estadística del DANE, el desempleo en Colombia asciende a una cifra desorbitante del 15.8% en el trimestre enero – marzo 2021, presentando un aumento de 3,2 puntos porcentuales frente al trimestre enero – marzo 2020 (12,6%).
Vemos como países europeos como los Escandinavos, Australia, Nueva Zelanda, son países ricos por la calidad del trabajo, y la capacidad permanente de producir conocimiento y acogen al extranjero, inclusive dándoles la oportunidad de estudiar y trabajar, porque todos tienen un buen nivel de vida, sin tener los recursos naturales que tiene Colombia, por esa razón, considero que somos un país pobre. Con esta situación cómo no entender las marchas y protestas legitimas de una sociedad o gobierno que no interpreta la realidad y que con sus políticas sigue empobreciendo a la clase media trabajadora, en un país de contrates, basta cambiar de sector , por ejemplo en Bogotá, del Chicó a Ciudad Bolívar, la riqueza combinada con la extrema pobreza, con un índice de Gini de 0.544, que mide la desigualdad del ingreso; por eso necesitamos gobernantes que entiendan la realidad y que propicien un dialogo y entendimiento para un nuevo acuerdo que incluya a todos, que acabe la corrupción y que a través del trabajo genere riqueza y prosperidad general; si lo lográramos desaparecerían las marchas, y otros problemas sociales, porque se escavarían las bases de sus estructuras que es el pobre, olvidado y desempleado. Así que manos a la obra