Educación… ¿qué nos falta?. Por Marco Antonio Valencia Calle

No pagar matricula, ni servicios educativos en las instituciones públicas del país ha sido la premisa de este gobierno. Así como adoptar una serie de programas para un ambicioso proyecto de Mejoramiento y Transformación de la Calidad Educativa que involucra la creación  de Comunidades de Aprendizajes con docentes en algunos lugares del país; incentivar el bilingüismo en la educación pública; la entrega de computadores para que todos tengan competencia en Tecnología, informática y comunicaciones (TIC); y un Plan Nacional de Lectura con entrega de libros gratuitos para algunos niños, son entre otras, las medidas de la Locomotora Educativa para mejorar la educación. Respuestas para contrarrestar los pésimos resultados en lectura y matemática de nuestros niños y adolescente en diversas pruebas de conocimientos nacionales e internacionales en los últimos diez años. Estrategias para dar soluciones a un diagnostico que nos dice que hay muchas diferencias de calidad entre colegios públicos frente a colegios privados; pero sobre todo, que existe una gran brecha entre la educación pública urbana regular, frente a una escuela rural donde –en muchos casos-, no hay energía, ni computadores, ni vías de acceso, y hasta faltan profesores. Medidas para anunciar que ya se comenzaron a saldar cuentas históricas, a prestarle tiempo, personal y recursos para solucionar los bajos índices académicos que históricamente tenemos.  Si esto funciona, a mediano plazo, éste país será otro. Pero falta algo. Falta más. Una de esas carencias tiene que ver el incentivo al  factor humano que trabaja de manera directa con la educación. Hay que convocar a todos y cada uno de los maestros  a cambiar sus formas tradicionales de enseñar. Hay que estimular a los docentes para que tengan una visión, un comportamiento y unas estrategias nuevas, acordes a los nuevos tiempos. Docentes de calidad, hacen posible docentes con capacidad de impactar, motivar y formar seres humanos para el siglo XXI. Pero además, faltan Padres de Familias comprometidos con procesos de educación y sus formas de intervenir en la escuela. Otro elemento que falta, es la dotación de escuelas y colegios. Es imposible seguir trabajando en escuelas desvencijadas, sin sanitarios, con pupitres desbaratados, sin tableros, con computadores inservibles, sin bibliotecas ni bibliotecarios o porteros. Se hace necesario  una cruzada seria y sistemática para dotar todas y cada una de nuestras escuelas de los elementos y personal de apoyo faltante. Tenemos mucha pobreza en el sector. Hay que terminar la traumatología para agilizar recursos de dotación… pero sobre todo, acabar con la politiquería barata para dotar una escuela y sanear la infra estructura de nuestros colegios.

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