Es de la mayor urgencia que la ciudad, sus líderes, gremios, instituciones, expertos y ciudadanos en general comiencen – comencemos – a debatir acerca de la gran pregunta de fondo respecto del inmediato futuro del suministro de agua para Neiva cuando nadie sabe con certeza durante cuántos años más tendrá el río Las Ceibas agua suficiente para abastecer adecuadamente la creciente demanda. Es de la mayor urgencia que la ciudad, sus líderes, gremios, instituciones, expertos y ciudadanos en general comiencen – comencemos – a debatir acerca de la gran pregunta de fondo respecto del inmediato futuro del suministro de agua para Neiva cuando nadie sabe con certeza durante cuántos años más tendrá el río Las Ceibas agua suficiente para abastecer adecuadamente la creciente demanda. Y lo más complejo de enfrentar es que vamos en direcciones contrarias: el caudal decrece en tanto la población, industria y comercio aumentan de manera vertiginosa. En los recientes 30 años el consumo ha aumentado cuatro veces mientras el agua que baja de las montañas sigue en línea con la gravedad. Y tampoco se trata sólo de la cantidad sino también de la calidad del líquido: hemos pasado de necesitar pocos elementos químicos para purificarlo a una larga lista que, además de costar más, terminan mezclados sin que sepamos a ciencia cierta qué es mejor, si tomar agua un poco menos pura o ingerirla con elementos de los cuales nadie nos da razón de sus posibles efectos negativos sobre el organismo. Ah, y como si fuese poco lo narrado, más de la mitad del agua tratada, purificada y lista para consumir se pierde por fugas. Pero bien vale señalar que el tema clave se divide en dos: uno, salvar el río Las Ceibas no solo como fuente de abastecimiento y dos, trabajar en la búsqueda de un segundo caudal, el del río Neiva o el mismo Magdalena, tan cercano a la ciudad y tan lejano que lo inundamos de inmundicias a diario. Pero es imprescindible que se aborde ese asunto a la mayor brevedad no sólo como segunda opción ante la disminución de Las Ceibas sino como la solución de largo plazo que le garantice a la ciudad el abastecimiento normal del servicio. La fuente alterna, como el río Magdalena, sigue siendo una propuesta válida desde hace muchos años. Pero además, pensado como un megaproyecto, como un acueducto regional capaz de abastecer no sólo a Neiva sino a otros municipios de la zona norte, como Palermo y Aipe. La iniciativa planteada nuevamente por el gerente de EPN no es descabellada. Demandará muchos recursos y tiempo de ejecución, pero valdría la pena revivirla como alternativa, susceptible de financiarse bajos los parámetros que hoy exige el Gobierno para la financiación de proyectos regionales a través de los Órganos Colegiados de Administración y Decisión (Ocad) encargados de viabilizar los recursos de regalías. “La fuente alterna, como el río Magdalena, sigue siendo una propuesta válida desde hace muchos años. Pero además, pensado como un megaproyecto, como un acueducto regional”. Editorialito Dos accidentes de tránsito con numerosos heridos se registraron ayer al comenzar la Semana Santa. Un grave comienzo en una temporada con alta movilidad. No bastan los controles de las autoridades. La responsabilidad de los conductores prima en estos casos.