La Nación
El Atlético Huila 1 7 octubre, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

El Atlético Huila

Ante los altos niveles de inseguridad en Neiva, la descomposición social, el desempleo y el creciente consumo de estupefacientes en nuestros jóvenes, es necesario pensar en distintas alternativas que nos permitan recomponer el camino.

Tenemos al Atlético Huila, un equipo con 34 años de historia en el fútbol profesional. Un esfuerzo y sacrificio que desde 1990 han hecho empresarios, directivos y jugadores para mantenerlo a flote.

En mayo de 2023 el equipo fue adquirido por Farlay S.A., de capital ecuatoriano, quien confió en el potencial del equipo y en la promesa de los gobernantes de un estadio. Ellos creyeron en nuestra región e invirtieron en ella. Lo poco que queda del estadio luce como un monumento a la corrupción.

En Neiva normalizamos tener malas vías, los semáforos dañados, atracos en las esquinas, usar el río Magdalena de letrina y el estadio en ruinas. Tener un equipo de fútbol y no tener estadio es como tener un Premio de Fórmula 1 y no tener autódromo.

Conocí a Maruan David hace pocos días en Neiva, presidente y socio del equipo. Entendí su compromiso, visión y determinación. Su equipo en Quito aporta 7 de los titulares de la selección ecuatoriana. Hoy el Atlético Huila aporta 2 titulares a la selección Sub-20 de Colombia que en días pasados le ganó a Uruguay. En el proceso de formativas dan oportunidades a muchos jóvenes en condiciones de vulnerabilidad. Me identifiqué inmediatamente con su maravilloso trabajo.

El sector privado debe liderar el proceso y apostarle a la construcción de un nuevo estadio para la ciudad que nos permita disfrutar de los partidos, de espectáculos, conciertos, ferias, exposiciones y eventos de talla mundial.

La mayoría de los estadios y arenas del mundo son privadas. Sus dueños son particulares o los clubes deportivos. Llamo a los empresarios a que sumemos esfuerzos en este proyecto que podría financiarse a través de la concesión de alimentos y bebidas, de la renta del nombre del estadio, renta y venta de parqueaderos y la venta de palcos privados entre otros.

Un estadio genera empleos y estimula el crecimiento económico local y regional, atrae visitantes que benefician el comercio y producen ingresos adicionales para la ciudad y el departamento. Lo más importante… genera orgullo cívico, crea identidad y sentido de pertenencia.

Sin estadio, perderemos al Atlético Huila que inspira a nuestros jóvenes a practicar el deporte, a soñar con convertirse en futbolistas profesionales y a mantener una vida activa y saludable al igual que promueve el trabajo en equipo, la disciplina y la perseverancia, importantes valores para recomponer y aportar a la comunidad.

Sin estadio perderemos la afición opita en futuros partidos de Copa Sudamericana o Copa Libertadores, torneos a los que aspira participar el club. Por eso al pensar en un estadio tenemos que visualizar todos los componentes favorables de tipo social, económico y de desarrollo que aportaría positivamente a nuestra región.