Sin lugar a dudas, constituye un hecho notorio que, en nuestro país, la delincuencia ha crecido en forma kilométrica, tanto en ciudades grandes., medianas, pequeñas, caseríos y veredas. En Neiva y en el Huila en general estamos expuestos a ser objeto de estos bandidos. Caso de Neiva, algunos concejales, e incluso empresarios y columnistas, culpan al Alcalde, al gobernador, a la Policía, a la fiscalía y a los jueces de dejar libres a bandidos capturados por la autoridad de policía.
Algunos congresistas huilenses opinan lo mismo. Se hacen los llamados “Concejos de Seguridad”, unos ordinarios, otros, extraordinarios con planteamientos, por supuesto, interesantes: Aumentar el # de CAI; aumentar el número de cámaras, militarizar la ciudad, aumentar el pie de fuerza policial. Con el respeto de los que piensan así, podemos decir, que “algo sirve”, pero no es la solución.
El bandido, el extorsionista, conocen esos procedimientos y saben cómo evadirlos. Aún más: La policía los captura, pero el bandido sabe que pronto quedará en libertad y continuará con sus fechorías riéndose de la sociedad. Saben así mismo, que la víctima del delito, no irá a la fiscalía a declarar por miedo a retaliaciones del mismo bandido. También saben que la víctima está desprovista de armas que le permitan defenderse (gracias al presidente Santos que prohibió el porte de armas), y también saben, que la víctima no se defiende porque de hacerlo, puede afrontar un proceso penal.
Agreguémosle dos aliados: La motocicleta que les permite fácilmente evadir la persecución policial y, el consumo de alucinógenos que le tuerce la mente para considerarse invencibles. Entonces ¡qué hacer?: No pontifico, pero mi experiencia como jurista, y, principalmente, aplicando el “sentido común”, resultaría importante realizar:
- Mediante ley ordinaria que la puede presentar cualquier congresista, modificar el sistema probatorio penal que les permita al fiscal acusar al bandido ante el juez con elementales pruebas tales como las anotaciones que registre el bandido por similares delitos; hechos notorios de bandidaje por comentarios de la comunidad en donde reside; porte armas de fuego o cortopunzantes; aprehensión de la policía, bien por fragancia o por persecución por un hecho delictivo inmediato. Visualización del bandido en las cámaras, entre otros.
- Modificar el artículo 32 del Código Penal respecto al numeral 6º, en la parte que dice: “siempre que la defensa sea proporcional a la agresión…” Por sentido común, nos preguntamos: ¿Será que el ofendido alcanza a pensar cómo debe ser esa proporción para defenderse?
- Reactivar los permisos para el porte de armas a las personas de bien, que somos el 99% de los colombianos. En la próxima: ¿Qué hacer en Neiva?
