En familia, inicia la Navidad prendiendo las velitas como símbolo de esperanza por un mejor país en medio de una realidad política, económica y social que aqueja a los colombianos en todo el territorio nacional.
No obstante, que no se apaguen las ganas de trabajar con verraquera, única garantía para “vivir sabroso”. Por el contrario, hay que encender la economía, siempre en busca de beneficios para campesinos, productores, transportadores y comerciantes, quienes aseguran todos los insumos que se disponen en los mercados o centros comerciales por esta época y que aporta el 40% de las ventas del año, cifra que pudo ser mayor, sin embargo, el regalito por parte del gobierno con la decisión de quitar el día sin IVA, fue el burro que le faltaba al pesebre.
Ojalá, lo único que se apaguen sean las torrenciales lluvias que a tantos compatriotas afecta. De igual manera, que se apaguen las ideas del presidente como la de liberar a los bandidos de la Primera Línea, que durante tanto tiempo encendieron a Colombia, claro está, que no a punta de velitas.
No puedo dejar de referenciar lo sucedido con nuestros hermanos peruanos, quienes bajo el canto de sirena de un discurso de cambio, acompañaron un proyecto socialista que se hizo elegir con unas banderas, pero una vez elegido reveló su verdadera faceta de corrupción y destrucción institucional, en un intento fallido de perpetuarse en el poder mediante la revocatoria del congreso, este último tuvo a bien declarar la vacancia presidencial y con el respaldo de las fuerzas del orden lograron mantener los valores democráticos, de otra parte en Argentina fue condenada la Vicepresidente Cristina Fernández por corrupción, estas acciones son un mensaje claro y contundente a la región, en especial a quienes bajo la victimización pretenden ocultar la realidad, si Presidente Petro, Castillo no salió por ser un profesor perseguido, salió por corrupto al igual que Cristina, las cosas por su nombre.
Que sean estas fechas especiales motivo para compartir con los seres queridos, pero sobre todo, para encender la solidaridad con compatriotas que no viven en plenitud a causa de la ola invernal o del “Petroceso” en el que está sumergido el país, causado por la incertidumbre de un presidente con ínfulas de emperador, que en ocasiones olvida muy a su pesar, que en Colombia existe independencia de poderes.
Saquen el arbolito y armen el pesebre sin olvidar que el burro fue elegido para acompañar a la Sagrada Familia como símbolo de humildad y así como el buey, está para dar calor al niño, pero nunca, para ser el protagonista del pesebre.