Están en la obligación las autoridades de adelantar las investigaciones para esclarecer la muerte de la joven venezolana, Ana Rosa Rojas, de 25 años de edad, cuyo cuerpo sin vida fue encontrado el miércoles de esta semana en una de las habitaciones del motel Las Palmas, ubicado en el barrio San Vicente de Paúl de Neiva.
Tal como se divulgó ayer en estas páginas, la víctima era una trabajadora sexual y laboraba en un reconocido entretenimiento nocturno de la ciudad. Las informaciones que han recogido hasta ahora las autoridades es que ella venía siendo acechada por un misterioso hombre, con el cual decidió ingresar al establecimiento. Aparentemente, estuvieron allí un par de horas, pero según las cámaras de seguridad, el individuo salió solo. El cuerpo de la mujer fue encontrado en horas de la tarde por una de las camareras del alojamiento.
Al parecer, la mujer fue asfixiada y el acompañante le habría hurtado sus pertenencias, dinero en efectivo y teléfono celular.
Es urgente que, de manera prioritaria, se establezcan plenamente las causas del deceso de la joven, Ana Rosa. La inspección al cadáver por parte del Instituto de Medicina Legal, entregará luces de cómo fueron sus últimos minutos de vida.
A partir de ese momento y de confirmarse que se trató de un homicidio, la Policía y la Fiscalía deben disponer de un equipo de investigadores para adelantar las investigaciones e identificar al responsable de este crimen, que paradójicamente se presentó en la semana en que se conmemora el día internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer. Y una de las medidas para luchar contra el flagelo de la violencia contra la mujer es garantizando que estos casos cuando se presenten no queden en la impunidad.
Las autoridades tienen la palabra.