Nada más doloroso el caso que ha sacudido por estos días a la sociedad neivana: el secuestro y posterior asesinato del taxista y prestamista algecireño Jaime Bautista, quien fue reportado como desaparecido en septiembre pasado.
Lamentablemente, el señor Bautista Charry cayó en manos de una banda delictiva que estructuró todo un plan para secuestrarlo y asesinarlo, por razones económicas. Las investigaciones han arrojado que el crimen estaría relacionado con una deuda millonaria que tenía uno de los implicados con la víctima y para evitar pagarle el dinero, decidió acabar con su vida.
Adicionalmente, la hermana y madre del taxista recibieron llamadas extorsivas a través de las cuales, los captores, supuestamente, integraban las disidencias de las Farc y exigían $400 millones a cambio de regresarlo sano y salvo. Para ese momento, de acuerdo con la Fiscalía, el señor Bautista ya había sido asesinado. El relato de uno de los participantes sobre la manera en que se cometió el crimen es profundamente escalofriante.
Todos los presuntos responsables en este abominable episodio, incluido el presunto jefe de la organización delictiva Henry Bonilla Mendoza, alias ‘El Indio’, fueron capturados y judicializados.
Vale la pena destacar las labores desarrolladas por las autoridades en cabeza del Gaula de la Policía y la Fiscalía General de la Nación para esclarecer el secuestro y asesinato del taxista. Las pruebas técnicas y testimoniales recaudadas deducen el compromiso y trabajo juicioso de los investigadores frente a este caso.
Debe ahora encargarse la Justicia de evitar que por algún tipo de argucia jurídica, los detenidos puedan retornar a las calles. Frente a un crimen de estos, planeado fríamente y ejecutado con tanta sevicia, no puede haber ningún tipo de compasión.
Que caiga todo el peso de la Ley sobre los responsables.