En un fallo de primera instancia emitido esta semana, la Procuraduría ha castigado con severidad al exsecretario de Hacienda de la Alcaldía del municipio de Baraya, John Edison Torrejano, por apropiarse conscientemente de recursos públicos, transferidos a particulares, con soportes falsos.
Según el organismo de control, la conducta desplegada por Torrejano configuró un desconocimiento de los principios de buena fe, transparencia, moralidad y economía. Por esa razón, decidió inhabilitarlo para ejercer cargos públicos durante los próximos doce años.
La Procuraduría logró documentar que Torrejano, actuando en su calidad de secretario de Hacienda, efectuó 40 transferencias desde el 4 de octubre de 2017 al 30 de agosto de 2018 de las cuentas oficiales a particulares. Fueron más de $700 millones los que este exfuncionario desvió.
Las artimañas de Torrejano eran sin ningún pudor. El entonces secretario de Hacienda creaba los comprobantes de egresos a nombre de proveedores o contratistas reales, debidamente inscritos y registrados, pero las transferencias se desviaban a las cuentas de terceros, que no tenían ninguna relación legal, contractual o de otra índole con la Administración Municipal.
El caso de Torrejano es el fiel reflejo de la corrupción desbordada en los pueblos huilenses, y como se ha dicho en oportunidades anteriores, los deshonestos aprovechan las fallas en los controles, la cultura de la ilegalidad y la permisividad social para enquistarse en el poder y seguir haciendo de las suyas.
Frente a casos evidentes de corrupción, es necesario, primero, que la ciudadanía de manera vigorosa denuncie y, segundo, que los organismos de control actúen diligentemente. No se puede permitir que los cargos públicos sigan siendo vistos por algunos como la oportunidad para enriquecerse y disfrutar de lujos y excentricidades a costa de las necesidades de los más indefensos.
El caso de Torrejano es también un llamado de atención para los Alcaldes, quienes deben estar vigilantes al buen manejo de los recursos públicos en sus municipios.