La controversia que desató en los últimos días el cruce de declaraciones entre dos referentes deportivos del país, Nayro Quintana y Mariana Pajón, ha servido para echar un vistazo a la situación actual del ciclismo. En el Huila, el panorama del deporte de las bielas no dista mucho del que atraviesa esta rama a nivel nacional, tal como lo denunció el mismo “Nayroman”. Los mismos ciclistas huilenses confirman que es casi nulo el apoyo que reciben y que han preferido emigrar a otros departamentos.
LA NACIÓN, a través de su periodista que cubre Deportes, Carol Medina Soto, publicó el viernes pasado una completa radiografía de cómo está el ciclismo huilense y lo que muestra es que en la región abunda el talento pero no hay el suficiente apoyo. Casos emblemáticos como el de Harold Tejada -quien partió del Huila rumbo a Antioquia y hoy compite la Vuelta de la Juventud- evidencian que el ciclismo huilense se está acabando. En ciclismo femenino, el Huila perdió, por ejemplo, a Tatiana Ducuara Acevedo, quien en medio de tristezas, se fue a competir en representación de otro departamento. Ella misma le narró a LA NACIÓN lo vivido: “A mí me da mucha tristeza no competir por el Huila. Es muy difícil sin recursos. En el departamento no hay equipo, así que hay que buscar otros lugares”. Otros ‘escarabajos’, entre tanto, han admitido toda clase de peripecias para solventar los gastos económicos que demanda profesar el ciclismo profesional.
El Huila no se puede dar el lujo de darles la espalda a sus deportistas, en los que detrás de cada uno de ellos hay historias de lucha, sacrificio y determinación. Para todos es sabido que apoyar el deporte no le representa a los gobernantes mayores réditos electorales, pero llegó el momento de respaldar seriamente a quienes con sus logros, nos llenan de alegría y emociones.
“Para todos es sabido que apoyar el deporte no le representa a los gobernantes mayores réditos electorales, pero llegó el momento de respaldar seriamente a quienes con sus logros, nos llenan de alegría y emociones”.
EDITORIALITO:
A través del diálogo franco y directo, los padres de familia están llamados a evitar que sus hijos caigan en el tenebroso juego virtual denominado La Ballena Azul.