Basta una crisis económica y de inmediato me pregunto por el negocio de los Capitalistas, sus sagaces razones para crear terror económico y consolidar su crecimiento. Porque así crece al capitalismo, de terror en terror, de crisis en crisis. Basta una crisis económica y de inmediato me pregunto por el negocio de los Capitalistas, sus sagaces razones para crear terror económico y consolidar su crecimiento. Porque así crece al capitalismo, de terror en terror, de crisis en crisis. ’Una guerra económica es una tortura prolongada’ aclaraba Gandhi en su texto de la ‘No Violencia’, un padecimiento para someter conciencias ciudadanas e imponerles cualquier política. Un desbarajuste económico semeja una manada de lobos voraces en pos de una presa. ¡Qué terror si soy parte de esa presa! Nada distinto sucede en la Eurozona, jefes de Estado sometidos al ‘Pacto por Euro Plus’. Poco importa si gobiernan países más o menos estables, con mercado asegurado y una banca monolítica. Aceptan y promueven sumisamente una intervención brutal, se ponen al servicio de las multinacionales europeas en detrimento de los pueblos. Los políticos oficiales no abjuran jamás de su naturaleza: eternamente servidores de los poderosos. Para mejorarles la competitividad, bajan el costo de mano de obra, congelan salarios, los reducen en los casos posibles, disminuyen condiciones de trabajo, restringen derechos laborales, empobrecen al ciudadano, crean el caos social. Para fortalecerles el mercado laboral, flexibilizan la contratación, permiten el despido, fomentan el empleo basura, les hacen reformas fiscales, los liberan de impuestos directos, los cambian por impuestos indirectos, los pagados por ciudadanos sin tener en cuenta su condición económica. Para mantener la sostenibilidad de las finanzas públicas, vigilan el gasto público, especialmente sobre la redistribución donde no participan los desprotegidos; proponen reformas pensionales, aumentan la edad de pensión y los años de cotización; fomentan las privatizaciones, malvenden empresas nacionales a comerciantes nacionales e internacionales. Pero ante todo, promueven la libertad especulativa, la permisividad total con la banca y el sector financiero. Salvan los bancos de las quiebras con dineros públicos, los mantienen siempre fuertes como primer mandamiento del capitalismo. Para consolidar la dependencia económica, aceptan y solicitan empréstitos de organismos internacionales como el BID y FMI. Estrategia diabólica del capitalismo, por lo alto, donde el sector político no es más que el mandadero. La política no es futuro para la humanidad. Crisis europea para arrasar los mejores modelos del Estado de Bienestar, para someter los nuevos Estados, ponerlos al servicio del capital, no del ciudadano. Un ascenso más del neoliberalismo, política diseñada y ejecutada por neoconservadores: Reagan, Thatcher. El triunfo de Friedman sobre Keynes, monopolio en un mundo sin oposiciones vigorosas: ni económicas, ni políticas, ni humanas. Lamentablemente el capitalismo cuenta con otra fortaleza, la inconsciencia ciudadana. lunpapel@gmail.com