La Nación
El comentario de Elías Reflexiones de un pene 1 29 marzo, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

El comentario de Elías Reflexiones de un pene

Jorge Guebely

 

No podía creer lo que veían mis ojos: un pene solitario y meditabundo consumía un delicioso café en cafetería de lujo. Se protegía la calva con un sombrero volteao. Disertó, tan pronto entablamos conversación, sobre sus congéneres y la inmoralidad de la doble moral colombiana

“Hubo escándalo mediático –dijo- por la entrevista vulgar e inculta de Fabio Zuleta con el palabrero wayuu. Escándalo por indagar el precio de una niña virgen para su refocilamiento sexual como si desconocieran que el clan Zuleta promueve nacionalmente sus parrandas vallenatas. Fiestas que no son gregorianas con ángeles asexuados y monjitas celestiales.

“Protestan contra el pene prehistórico nacional, el de la fuerza bruta, el violento. El que utilizan delincuentes militares, paramilitares, guerrilleros y violadores durante la guerra, dejando un reguero de víctimas en el camino. Pero aplauden al presidente, al comisionado de paz, al expresidente y al Centro Democrático quienes promueven la guerra

“Cuchichean contra el pene gamonal, el pre-moderno, el godo, nuestros Pedros Páramos. Lo usa el mega-terrateniente en el “derecho” a la pernada, en el abuso a cualquier mujer bajo su poder pues la considera objeto de su propiedad. Lo usan sus hijos para perder virginidades con muchachas del servicio o indígenas. Cuchichean, pero se someten a estos penócratas tradicionales que nos han gobernado durante dos siglos, que truecan cargos públicos por arrunchadas infames

“Por ignorancia alaban el pene aristocrático, el pre-moderno europeo. Lo usaban aristócratas entre aristócratas para mantener privilegios y poder, sacrificando princesas al príncipe mejor postor. Lo usó el papa Alejandro VI, a través de su hijo César, para esclavizar a su hija Lucrecia de Borgia. Lo usan familias tradicionales y excluyentes colombianas que se casan entre sí para perpetuar el poder y los privilegios nacionales

“Exaltan el pene moderno, el liberal, el del mercado libre, donde todo tiene precio. Lo mismo una yegua arisca que una virginidad esquiva, una reina despampanante que una prostituta necesitada. Basta pagar el precio que impone el mercado a pesar de ser el precio lo que destruye el valor humano

“Me salva de la inmoralidad de la doble moral el pene de la ficción –continuó la reflexión-. El de Dante que veía en Beatriz el ideal platónico. El de Quijote que percibía lo eterno femenino en Dulcinea del Toboso. El pene divino que es universal y renueva permanentemente la vida. El que, convertido en Espíritu Santo, nos trajo, hace veinte siglos, un profeta llamado Jesús según el Nuevo Testamento…

Así reflexionaba el pene de sombrero volteao

Jguebelyo@gmail.com