La Nación
El dilema de la Gestión en medio del covid 1 28 marzo, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

El dilema de la Gestión en medio del covid

Juan David Huertas Ramos

 

En materia de gestión nada está dicho aún. La mayoría de los conocedores del tema discuten sobre métodos de administración, proponen herramientas que potencian los ya existentes, intentan estrategias diferentes y buscan nuevos sistemas para la toma de decisiones. Afortunadamente, ni la esfera pública ni privada se escapan de esto. Y es que el proceso de toma de decisiones es el asunto clave en la gestión de las organizaciones, así como de las circunstancias también.

Entonces, el dilema central de la gestión está definido, a mi juicio, entre la acción de corto plazo y la de largo plazo. Es decir, los tomadores de decisiones se ven retados a actuar a fin de resolver asuntos de corto plazo o, por el contrario, a generar las condiciones necesarias para lograr en el futuro el objetivo institucional. Debemos advertir que en muchas ocasiones las decisiones de corto plazo sacrifican el futuro, en otras, lo garantizan. Por ello, podemos asegurar que hay gestores especializados en atender coyunturas, en tanto que otros son visionarios.

Circunstancias como las que actualmente vive el mundo entero son el mejor ejemplo de lo anterior. Gestores de diferentes sectores han tenido que afrontar el mencionado dilema. Muchos se han dedicado a menguar los efectos del confinamiento, otros han trabajado con miras al futuro. Los primeros van resolviendo el día a día. Los segundos, motivados por alcanzar objetivos de largo plazo, han aprovechado la oportunidad que el COVID-19 ha ofrecido para hacer pilotos de estrategias y proyectos que idealmente reclamarían una condición necesaria, como el control del flujo de personas en la calles, las instituciones de educación, el comercio, los medios de transporte masivo, los escenarios deportivos y culturales, las entidades prestadoras de salud, las instalaciones de agentes financieros, etc.

Ahora bien, es importante advertir que la variable económica por excelencia en el proceso de gestión es el tiempo, y no el dinero como suele pensarse. A través del tiempo se puede hacer dinero, pero jamás se podrá producir tiempo a pesar que se destinen fortunas enteras para ello. Los procesos, unidad básica de la gestión, no pueden concebirse atemporalmente. De hecho, el tiempo es, en sí mismo, limitado y casi escaso. Pues a diferencia de otros recursos, éste no puede ser recuperado, transado ni tampoco modificado.

Finalmente, cuando todo esto “termine”, podremos evaluar si renunciamos a forjar el futuro por estar atendiendo exclusivamente el presente. O si por el contrario, hemos propiciado las condiciones necesarias para un buen futuro sin descuidar las necesidades y apuros que trae el día a día. No podemos perder de vista que el desarrollo económico y humano son asuntos de largo plazo y las decisiones del presente pueden ayudar a construir la senda del desarrollo, claro está, siempre que las decisiones tomadas en el pasado (que hoy es presente) hayan sido las indicadas, de lo contrario, habremos renunciado a nuestro legítimo derecho al desarrollo.