La Nación
El dolor y el Paro Nacional 1 28 marzo, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

El dolor y el Paro Nacional

Por: Piero Emmanuel Silva Arce

Ayer 28 de junio se cumplieron dos meses de Paro en Colombia; la ciudadanía se viene manifestando masivamente en las calles, diversos sectores se han congregado alrededor de las ollas comunitarias para expresar sus exigencias; los relatos se tejen en los lugares de encuentro, la palabra refleja la indignación y, sobre todo, el dolor dejado por la desidia de un Estado carcomido por la corrupción, el clientelismo y la ineficacia. Ese dolor reprimido por décadas comienza a salir y como sociedad estamos hablando sobre la tristeza dejada por los ríos de sangre, la violencia, la exclusión y la pobreza.

Sobre el dolor versa el último libro del filósofo surcoreano Byung-CHul Han, La sociedad paliativa (2021). Es este se plantea que el mandato contemporáneo es ser feliz a toda costa, el optimismo constante se encuentra relacionado con el éxito, con los discursos del emprendimiento, de la economía naranja. Bajo el credo de la positividad, la sociedad contemporánea soslaya el dolor porque se le asocia a la debilidad en un contexto que exige competir en todos los escenarios de la vida. En el modelo educativo se compite por los derechos, es decir, por el acceso a una educación restringida; en el ámbito laboral se avala arrasar con los compañeros para dejar claro quién es el dueño del éxito. En esa carrera por el triunfo, la sociedad contemporánea ha impuesto el dogma de la autorrealización que, es a su vez, una forma de explotación sofisticada. “Sin que lo obliguen desde afuera, se explota voluntariamente a sí mismo creyendo que se está realizando” (Han, p. 23). Expresar el dolor está mal visto por esos ciudadanos de la positividad, dueños y guardianes de los privilegios; acusan a los que denuncian el dolor y la injusticia como tóxicos y resentidos. Se incomodan con las juventudes que expresan que no tienen oportunidades porque a duras penas sobreviven en sus hogares; los señoritos de la positividad quisieran que las ciudadanías excluidas se quedaran encerradas en silencio.

El dolor en Colombia comienza a salir y eso les asusta a las élites tradicionales; ven en peligro sus privilegios construidos sobre la opresión de la mayoría. Las castas sienten que la ciudadanía se estremece y se indigna al ver sus extravagantes privilegios, sus grandes haciendas, sus cuentas multimillonarias, sus avionetas llenas de cocaína. Expresar el dolor es una forma de alivianar y reconocernos en los otros, es un impulso para juntarnos y abrir nuevos caminos.