Para él, sobrevivir no ha sido fácil. Luego del accidente que sufrió, los médicos no daban muchas esperanzas de vida a su familia. Su situación era crítica por las quemaduras de tercer grado que tenía en la mayor parte de su cuerpo y, al parecer, la EPS no era diligente con el servicio de salud. Su situación económica también era difícil, su familia tuvo que hacer muchos esfuerzos para sostener su tratamiento.
Seis meses después y luego de pasar por innumerables cirugías, está a punto de perder los implantes que tiene en las piernas, glúteos, y abdomen. Su salud entró en retroceso y se deteriora por la falta de una faja que debe entregar su EPS.
EL ACCIDENTE
El jueves 15 de septiembre de 2016 fue el trágico día que le cambió la vida a Jefer Raúl Monje Quimbaya para siempre. Un compañero de trabajo suyo falleció y él quedó gravemente herido luego de ser alcanzados por las líneas de alta tensión, mientras trasladaban un poste en inmediaciones de la avenida hacia Surabastos.
Eran aproximadamente las 6 de la tarde cuando, al parecer, una mala maniobra de la grúa en la que transportaban dos postes ocasionó que uno de ellos hiciera contacto con la línea de alta tensión 34.5. Raúl y su compañero recibieron una gran descarga eléctrica que segó la vida de José Marín Perdomo de forma instantánea.
Raúl, aún consciente, fue atendido por una ambulancia que, según familiares, tardó “eternidades” en llegar y trasladarlo al Hospital Universitario de Neiva. En el camino perdió el conocimiento.
Duró cuatro días en el hospital donde vivió otro drama, pues a la situación de salud que tenía se le sumó que Cafesalud, EPS a la que está afiliado, al parecer no quería hacerse cargo de su traslado al pabellón de quemados del Hospital Simón Bolívar en Bogotá, único lugar donde podían tratar sus graves quemaduras. Mientras esperaba, los médicos daban muy pocas esperanzas a su familia. Estaba en coma inducido.
Finalmente y después de luchar para lograr el traslado, Raúl fue remitido al pabellón de quemados del Simón Bolívar; allí, después de casi 15 días en coma, despertó. “Fue un milagro”, manifestó su mamá, Rosa María Quimbaya Oyola, en su momento.
SIGUE LUCHANDO POR UNA ATENCIÓN OPORTUNA
Raúl duró tres meses y 15 días en Bogotá. Cuando le dieron de alta, el 10 de diciembre de 2016, le ordenaron una faja especial para proteger y permitir que los implantes sanaran adecuadamente. Han pasado cerca de tres meses y aún la EPS no se la ha suministrado. Debido a esto los puede perder (los implantes).
“La faja es para no perder los implantes que me han hecho, me hicieron implantes en las piernas, en la cola y en el estómago. Estoy bien, gracias a Dios, porque estoy vivo, pero en este momento me siento muy mal en la parte de las piernas, porque no me he podido recuperar bien, sobre todo la pierna izquierda, la siento tiesa y me coge dolor para enderezarla y cuando me acuesto me coge dolorcito siempre”, asegura Raúl.
Su familia lo ha apoyado incondicionalmente, tanto en lo económico como en lo emocional. Junto a él buscan insistentemente que los tratamientos que le han hecho no se estropeen por una presunta negligencia.
“Nosotros hemos tratado de apoyarlo económicamente, moralmente, psicológicamente, también laboralmente porque después de que sucedió todo, que fue algo tan duro, pues ya no puede hacer lo que antes podía hacer. La EPS Cafesalud, la respuesta que nos ha dado desde hace tres meses, cada vez, es que dentro de 15 días y no responden nada, como dilatando las cosas, lamentablemente él puede estar perdiendo los implantes que le han hecho, todo el proceso de recuperación que lleva se puede perder”, señaló César Monje, hermano de Raúl.
‘ESTÁ EN JUEGO LA VIDA DE MI HIJO’
Sin la faja los implantes de Raúl no sanan correctamente, se encogen y como él señala, “empiezan a arrugarse”. Las cicatrices le causan dolor y si sigue así, pronto le va a generar problemas de movilidad en sus extremidades.
“Lo que está en juego es la salud de mi hijo y su recuperación, estamos desesperados porque se puede perder el proceso, él siente mucho dolor porque eso al sanar sin el uso de la faja se encoje, él tiene hartos implantes y el médico dice que eso se puede perder por falta de esa faja”, afirma Rosa María Quimbaya Oyola, madre de Jefer Raúl.
LA NACIÓN se comunicó con la gerente regional de la EPS Cafesalud, Constanza Lugo, quien quedó de analizar el caso con la coordinadora de Régimen Subsidiado, para poder dar una solución a Jefer Raúl. “Nosotros tenemos muchísimos casos en este momento, entonces decirle al usuario que se acerque a nuestra oficina y yo le hago revisar de la directora del Régimen Subsidiado”, dijo Constanza Lugo.
La falta de una faja que no le ha entregado la EPS le podría ocasionar pérdida de sus implantes.
Su tratamiento podría sufrir un retroceso, los implantes se encogen y le generan dolor.