Luego de comprobar la presencia de una bacteria en cultivos de tilapia en la represa de Betania, poner en marcha un Puesto de Mando Unificado en Neiva para desplegar acciones de inspección, vigilancia y control, y confirmar nuevos focos en varios departamentos del país, el Instituto Colombiano Agropecuario, ICA, declaró en junio de 2023 la emergencia sanitaria nacional. La medida, que buscó controlar y disminuir la mortalidad de peces, así como proteger la piscicultura nacional y garantizar la seguridad alimentaria del país, fue prorrogada en junio de este año y hoy está llegando a su fin.
El secretario técnico de la Cadena Piscícola del Huila, Edison Henao, hizo reflexiones sobre los 18 meses de restricciones sanitarias: “La declaración de emergencia logró aunar esfuerzos y destinar recursos para el desarrollo de una vacuna. Pero, afortunadamente, la normalidad ha vuelto en términos de los cultivos, sin bajar la guardia. Con el levantamiento de la emergencia no decimos que la bacteria desaparece del medio, lo que tenemos que tomar es medidas. Esa bacteria llegó así como llegó el covid-19 en su momento, y tenemos es que tomar medidas de precaución. No era que persistieran las mortalidades inusuales sino que era el mecanismo que nos permitía dar respuestas inmediatas, autorizar el ingreso de vacunas, desarrollar todos los estudios que se hicieron y el desarrollo de la auto vacuna”.
La emergencia fue grave. Los casos de mortalidad se alcanzaron a presentar en todas las etapas productivas de la tilapia: cría, alevinaje, levante y engorde, con niveles de afectación que alcanzaron porcentajes importantes en Tolima, Magdalena, Atlántico y Huila. Y como era previsible, la emergencia provocó afectaciones en la producción piscícola a escala regional y nacional.
Los mismos piscicultores saben bien de sobra que no se pueden descuidar y que es necesario que no se ‘relajen’ en la implementación de medidas de bioseguridad en las diferentes granjas de producción y en mantener la cantidad de peces en cultivos de acuerdo con los permisos otorgados.
El sector piscicultor tiene desafíos adicionales relacionados con el uso eficiente de agua y la implementación de nuevas tecnologías.