La Nación
¡El Gobierno falló!   1 18 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

¡El Gobierno falló!  

 

Juan David Huertas Ramos

El primer día sin IVA (Impuesto de Valor Agregado) en Colombia fue usado por diferentes actores de acuerdo a sus intereses. Lo cual no es de extrañar; no es la primera vez que la Economía resulta presa de la acción política ni tampoco del Maquiavelismo. Sin embargo, el Gobierno falló, pues debió prever las críticas ponzoñosas y las aglomeraciones peligrosas.

Al ser la Economía una ciencia social, el influjo que tiene la conducta del ser humano sobre esta es determinante. Las autoridades económicas saben esto perfectamente, y por ello, lanzan incentivos a fin de que los individuos y las empresas tomen decisiones tendientes a lograr el objetivo de política económica.

En ese sentido, la decisión del Gobierno Nacional de no recaudar el IVA durante tres días del año no es otra cosa que un incentivo al consumo, no al contagio. Se presume la buena fe por actuar en derecho y por una cuestión de moral básica. Además, está probado el impacto positivo que tiene el consumo en la Economía, lo cual no significa que el ahorro sea malo, sólo que no es su momento. Sin embargo, el Gobierno Nacional falló al no cuestionar el supuesto teórico que contempla la racionalidad del ser humano en la toma de decisiones.

Ahora bien, el consumo es, a pesar de lo que se dice desde la trinchera de la doble moral que condena el “consumismo”, un factor importante del progreso económico que impacta la renta agregada. Pues incentiva la industria, genera oferta de bienes y servicios, redunda en la disminución del desempleo, mejora las expectativas futuras, y satisface necesidades individuales, que como tales, merecen respeto.

Es necesario indicar que el día sin IVA busca generar un impacto positivo en la psicología del mercado, definida en este caso por la relación interdependiente consumidor-empresario. El optimismo causado por ello puede ayudar a dinamizar la economía colombiana en medio del letargo en el que se encuentra a causa del COVID-19 y otros factores que desde antes vienen minando el desarrollo. Por supuesto, el Gobierno falló, pues para evitar responsabilidades ajenas, debió dar a conocer los nefastos factores.

Es claro que la jornada sin IVA dejó al descubierto muchos aspectos, además de los ya mencionados. Por ejemplo, el ciudadano colombiano es capaz de arriesgar su vida con tal de no pagar impuestos, hecho que debería tomarse en cuenta para el diseño de la Política Económica. También se hizo latente que los órganos de control deben focalizarse en la prevención más que en la labor ex-post. Quedó manifiesta la necesidad de fortalecer la digitalización de la economía, pues ni las plataformas virtuales de los más importantes jugadores del retail operaron de forma correcta, impidiendo las compras on-line.

Finalmente, surge la inquietud si la política de educación económica será el instrumento que proporcione las condiciones necesarias para contener la hegemonía emocional en el proceso diario de toma de decisiones de los colombianos y así aprovechar los incentivos de la mejor manera.