La Nación
COLUMNISTAS

“El gol nuestro de cada día”

El gol nuestro de cada día es el título de un libro sobre poemas de fútbol cuyo compilador es Francisco J. Uriz. En nuestro contexto hacemos alusión al pan nuestro de cada día. El pan y el gol se convirtieron en dos almas gemelas porque están metidas en las entrañas del ser humano. Cada mañana circula el pan en las tiendas de barrio, panaderías, cafeterías, supermercados, etc. Igual sucede con el gol de cada domingo, lunes, martes, miércoles, jueves, viernes y sábado; de todas las facturas y significados; en estadios, polideportivos, canchas de barriada, calles y potreros. El gol puede ser caliente, frio e inesperado, pero igual de satisfactorio para su ejecutor. El fútbol mueve las mismas masas que el pan, porque el gol huele a pan recién sacado del horno. Pero también hay pan flojo, con mal sabor, y el pan se endurece cuando no se saborea a tiempo.

En el fútbol hay reventa de boletas, goles en fuera de lugar, goles de apostadores, de políticos e imposiciones extradeportivas (Fifa). Hay goles para todos los gustos, pero el más sonoro, el más sentido, el que aparece en la boca de quienes lo convierten es el: “¡gol…hijueputa!”. No importa si no es un golazo, si fue con la mano, con la rodilla, con el codo, pero ese gol es el rey de todos los goles, porque con él se han ganado campeonatos mundiales, ligas, torneos de barrio, de la cuadra y de la empresa. Este es el gol nuestro de cada día, el más fonético y semántico de los gritos. Oración de resurrección y encuentro con la gloria. Porque un domingo sin gol es un pecado mortal o un pan viejo.

A propósito, otros que andan goleando, son los dirigentes políticos independientes que el domingo pasado con sus movimientos ciudadanos, fueron elegidos por el voto de opinión, como una renovación y cambio en la forma de hacer la política. Se presentó el auge de los movimientos ciudadanos levantados en torno a una figura; en detrimento de los partidos tradicionales. Enrique Peñaloza en Bogotá; Federico Gutiérrez en Medellín; Maurice Armitage en Cali; Rodolfo Hernández en Bucaramanga y Rodrigo Lara Sánchez en Neiva. En estos casos los electores optaron por dar un viraje e inyectar oxígeno, porque el ambiente esta enrarecido por la politiquería y la corrupción. En todo caso hay que dejar claro que el éxito de estos dirigentes goleadores, dependerá de su capacidad de trabajo en equipo, racionalización y transparencia en la ejecución presupuestal, habilidad para gestionar recursos a nivel nacional y rodearse de un buen equipo de trabajo. A todos, mucha suerte y que sigan haciendo goles en el partido de la democracia para bien del país; porque esta renovación y cambio en la política apenas comienza.