El pasado domingo 19 de febrero se realizaron elecciones generales en Ecuador para escoger presidente de la República, resultando vencedor Lenin Moreno, de Alianza País, la coalición política que ha gobernado en los últimos 10 años esa nación. Aunque obtuvo el 39.35% de los votos, con amplia ventaja frente a Guillermo Lasso, el segundo en resultados con el 28.1% de los sufragios emitidos, no fueron suficientes para un triunfo definitivo y habrá segunda vuelta electoral en abril, para definir cuál de los dos será el mandatario en los próximos cinco años. Ecuador no sólo es nuestro vecino del sur, a sólo 5 horas de Pitalito por la carretera Mocoa- Sucumbíos y un importante socio comercial de Colombia, sino que allí está la sede principal de las negociaciones entre el gobierno y el ELN. Por tanto su destino es esencial para el futuro de Colombia y especialmente la región surcolombiana a la que pertenece el departamento del Huila.
Es indudable que Rafael Correa deja un mejor país que el que recibió hace 10 años. Aunque hay una gran polarización política, propia de una democracia activa, el fantasma de la profunda crisis institucional que vivía el país cuando se inició el gobierno de la Revolución Ciudadana, desapareció. El sólo hecho de que hayan votado 10.343.603 electores (el 88.8%), de un potencial de 12.438.000 ciudadanos aptos para sufragar, con una abstención de sólo 2.301.033 ciudadanos (el 18.2%), es una demostración de la fortaleza del régimen. La pobreza disminuyó del 37.6% de la población al 22.5% de la misma y la miseria del 17% al 7.7%. (En Colombia la pobreza está en el 27.8% y la miseria en el 7.9%). El Coeficiente de Gini que mide la desigualdad económica en los países con un indicador de 0 a 1 en donde 0 es la igualdad absoluta y 1 la desigualdad absoluta, está hoy en Ecuador en 0.465, mientras el de Colombia llega a 0.522. El salario mínimo legal es de US$375, mientras el de Colombia sólo llega a US$257. La tasa de desempleo ecuatoriana es de 6.52% y la colombiana de 9.8%. Los colombianos que visitan a nuestro vecino del sur vienen maravillados de la forma en que ha mejorado la infraestructura vial, educativa y de salud, pero poco se habla del inmenso mejoramiento social. Estas son las obras de un gobierno verdaderamente democrático y popular.