Hace unos días el Consejo de Estado ratificó una sentencia que condena a la Alcaldía de Neiva a pagar por los perjuicios materiales ocasionados a 351 comerciantes que fueron sacados prácticamente a las patadas de la galería central y de la plaza satélite del norte, a finales del año 1997. La suma que nos toca pagar a los neivanos es de 3.277 millones de pesos. El alto tribunal dejó en claro que el cierre de estos lugares se realizó sin ninguna planificación, se hizo arbitrariamente, sin que la promesa de reubicar a estos comerciantes en óptimas condiciones en Mercaneiva se cumpliera pues este lugar nunca estuvo terminado.
El señor Guillermo Plazas Alcid ha sido merecedor de varios reconocimientos por varios motivos, el estadio de fútbol lleva su nombre, pero ojalá reconozca, así sea en su conciencia, que nos ha dejado un legado negativo. Puede aducir que para la época de los hechos no era el alcalde, pues renunció para ejercer la embajada de Colombia en Nicaragua. Esto lo podrá salvar de cualquier proceso sancionatorio ante la decisión del Consejo de Estado de compulsar copias a la Procuraduría, Contraloría y Fiscalía para que indaguen sobre las irregularidades cometidas en estos hechos. Es cierto, él dejó el cargo y le cedió el puesto a su secretario general, Gustavo Penagos Perdomo, quien tomó posesión montado en una tarima en las afueras del Edificio Municipal. Pero para nadie es un secreto, que el señor Penagos Perdomo simplemente ejecutó decisiones que ya estaban tomadas por la administración del señor Plazas Alcid.
Y, aunque sea doloroso decirlo, el señor Penagos Perdomo no podrá responder por estos hechos pues su asesinato, en el año de 1999, borró toda posibilidad que respondiera por estas acciones. A propósito, es un asesinato que todavía está impune y, según se dice en los corrillos, su muerte fue producto de esas decisiones que se tomaron durante la administración de Plazas Alcid y que él fielmente ejecutó.
Sin duda el señor Guillermo Plazas Alcid tiene una responsabilidad moral con los neivanos y debería, al menos para honrar la memoria del señor Penagos, ofrecerle disculpas a la ciudadanía por su dañoso legado: Nos toca pagar la bobadita de 3.271 millones de pesos por una decisión arbitrariamente tomada. Y no sólo por eso, también nos dejó a Mercaneiva y a Los Comuneros, dos proyectos fallidos. Por si fuera poco, nos dejó el leonino contrato de concesión de alumbrado público con Diselecsa. Señor Plazas Alcid, está claro que los méritos se ganan…pero también se empañan.