El presidente de Haití, Jovenel Moise, sabía que se venía preparando un golpe de Estado, promovido por fuerzas reaccionarias de su país. Cinco meses después de su denuncia, un comando de mercenarios ingresó a su residencia y lo dio de baja.
RICARDO AREIZA
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El asesinado presidente de Haití, Jovenel Moise, sabía seguramente que tenía los días contados.
Cinco meses antes había denunciado que se estaba preparando un golpe de Estado en su contra. Aunque en su momento no dio nombres, sabía que el complot estaba en marcha, sin interpretar que las intenciones eran más aterradoras que las ocurridas durante la sangrienta dictadura de Jean-Claude Duvalier.
El pasado 7 de febrero, Moise denunció que la oposición, con el apoyo de algunos jueces, tramaba un golpe de Estado.
Desde entonces permaneció en su residencia, enfrentando l crisis que estaba afectando su legitimidad.
Dos meses antes de las elecciones presidenciales y legislativas, se dio el golpe. Un comando armado, integrado por ex militares irrumpió en su residencia y lo silenció para siempre.
Mercenarios
El comando que perpetró el magnicidio estaba compuesto por 26 colombianos y los dos estadounidenses, según lo reveló el director general de la Policía haitiana, León Charles.
Los gringos fueron identificados como James Solages y Joseph Vincent y 26 colombianos (18 detenidos, dos abatidos y otros cinco exmilitares que siguen prófugos), según las autoridades haitianas, están implicados en el asesinato del presidente de ese país Jovenel Moïse. El viernes fue capturado Jaime Gersain Mendivelso, quien habría coordinado el desplazamiento.
El teniente coronel Carlos Giovanni Guerrero, el oficial de más alto rango fue comandante del batallón de Infantería Número Dos Mariscal Antonio José de Sucre, en Chiquinquirá, en el 2018.
Según la investigación, el oficial en retiro viajó el 6 de junio a República Dominicana. En 2013 fue llamado a curso de ascenso cuando se encontraba en la Dirección de Personal.
En el equipo estaba también otro oficial: el capitán Germán Alejandro Rivera García. La mayoría fueron soldados profesionales, especializados en operaciones de alto impacto.
Todos habían pertenecido a las fuerzas especiales, e integraron el ‘Bloque de Búsqueda’ según testimonios de antiguos compañeros, que los reconocieron cuando se reveló la noticia. “Yo les había dicho que tuvieran cuidado, porque los llamaron sin revisar los requisitos, ni la experiencia”, señaló un suboficial que pidió reserva.
Opita muerto
Entre los implicados apareció el sargento primero del Ejército Nacional, retirado en el 2019, Mauricio Javier Romero Medina. El suboficial de 45 años de edad, nacido en Neiva, fue abatido durante el asalto, que deja múltiples interrogantes.
El ex militar, vinculado a las fuerzas especiales, se vinculó a las Fuerzas Militares en 1990 y permaneció en servicio activo 29 años.
Su esposa Giovanna Arelis Romero Dussán confirmó que el suboficial fue invitado por el sargento primero Duberney Capador, quien también fue abatido durante los sangrientos hechos registrados en la madrugada del miércoles pasado.
“Era un proyecto laboral a largo plazo. Fue invitado por el sargento Capador para trabajar en un proyecto legal”, confirmó la joven, Solo espera que le faciliten la expatriación del cadáver para poder sepultarlo en Neiva, su tierra natal.
La misma versión la entregaron las esposas de Eladio Uribe y de Duberney Capador Giraldo. Todas coinciden en esa versión. Se trabaja de un contrato, supuestamente legal, para escolar a personalidades. Nunca les dijeron de qué se trataba. Solo que era un proyecto legal, de largo plazo.
El director de la Policía colombiana, general Jorge Luis Vargas, informó que investigan a cuatro empresas de vigilancia que habrían reclutado a los mercenarios colombianos presuntamente implicados en el asesinato.
Los ex militares colombianos involucrados en este magnicidio fueron retirados del Ejército entre el 2018 y 2020.
La ruta
Según el informe oficial, el 6 de mayo del 2021, dos ex militares identificados como Duberney Capador Giraldo y Germán Alejandro Rivera García, viajaron inicialmente a Ciudad de Panamá desde el aeropuerto el Dorado de Bogotá en el vuelo CM877 de la aerolínea Copa Arilines, para luego dirigirse hasta Santo Domingo (República Dominicana), donde permanecieron por cuatro días. Luego, el 10 de mayo, partieron a Puerto Príncipe.
Los demás viajaron el 4 de junio desde el aeropuerto el Dorado hasta Punta Cana (República Dominicana), en un vuelo comercial de la aerolínea Avianca.
En este segundo vuelo viajaron Manuel Antonio Grosso, Víctor Alberto Pineda, John Jairo Ramírez, John Jairo Suarez, Germán Alejandro Rivera García, Maiger Franco Castañeda, Ángel Mario Yarce Sierra, Carlos Giovanny Guerrero y Francisco Eladio Uribe Ochoa, este último investigado por un ‘falso positivo’.
Todos ingresaron a Haití desde el punto fronterizo Carrizal, el pasado 6 de junio.
El equipo
Los ex militares colombianos llevaban armas automáticas de largo alcance, munición, herramientas, cortafríos y alicantes para forzar puertas o cerraduras.
El director de la Policía haitiana León Charles informó que se recuperaron las armas y materiales utilizados por los mercenarios, entre ellos chalecos antibalas, dos placas de vehículo de alquiler, el contrato de alquiler de un vehículo y varios teléfonos celulares.
Entre el material figuran 5 armas de fuego, incluidas 2 pistolas de 9 milímetros, varios fusiles de asalto, cartuchos de calibre 5,56 milímetros, una chequera del BNC a nombre del Sr. y la Sra. Jovenel Moïse, veinte bolsas, hachas, cortadores de alambre, ropa, comida y dinero, 109 billetes de US$ 20, un lote de 100 billetes de US $100, un juego de 99 billetes de US$ 100 y otro juego de 100 billetes de 100 dólares, 100 billetes de 50 dólares, 32 billetes de 100 dólares un chaleco antibalas, dos placas de vehículo de alquiler y el contrato de alquiler de un vehículo hecho con la empresa Avis el 6 de julio, muchos celulares, entre otros objetos.
Cinco vehículos fueron recuperados. Otros tres fueron quemados por una turba que reaccionó permitiendo las primeras capturas.
El magnicidio
El inmolado jefe del Estado, permanecía en su residencia en medio de una crisis política que fue menguando su legitimidad.
El comando armado ingresó a la habitación como supuestos agentes de la DEA, la agencia antidrogas de los Estados Unidos. El crimen se habría perpetrado en la madrugada del miércoles pasado.
”Lo encontramos acostado boca arriba, pantalón azul, camisa blanca manchada de sangre, boca abierta, ojo izquierdo perforado. Vimos un agujero de bala en la frente, uno en cada pezón, tres en la cadera, uno en el abdomen”, relató el juez Carl Henry Destin. Al parecer, antes de ultimarlo, fue torturado.
El juez aseguró que el escritorio y la habitación de Moise fueron “saqueados” por los asaltantes, que irrumpieron en la residencia del mandatario fuertemente armados en la madrugada del miércoles pasado y lo ultimaron a tiros mientras el alto dignatario dormía en su alcoba.
Autores intelectuales
Las autoridades haitianas investigan los posibles autores intelectuales del magnicidio.
El fiscal haitiano iscal Bed-Ford Claude, llamó a declarar a dos magnates, Réginald Boulos y Dimitri Vorbe, y a los exsenadores opositores Youri Latortue y Steven Benoît. Mientras. Los cuatro serán escuchados este lunes por el fiscal del Tribunal de Primera Instancia de Puerto Príncipe.
Boulos, es el dueño de un conglomerado empresarial de ese país, y Vorbe, es dueño otro emporio empresarial que controla el sector eléctrico. Los dos fueron acusados por el Gobierno de Moise de financiar protestas para desestabilizar el país desde 2018.
¿Coincidencia?
Curiosamente, el 3 de mayo de 2020, se ejecutó otra operación similar para sacar a Nicolás Maduro. La ‘Operación Gideón’ fue planeada por Jordan Goudreau, ex boina verde de los Estados Unidos y ex militares venezolano. Habrían ingresado desde Colombia con cooperación de colombianos y con patrocinios empresariales y políticos del vecino país. La operación fracasó, unos fueron abatidos y los sobrevivientes fueron capturados y condenados. ¿Coincidencia?