Deberían causar estupor las cifras divulgadas esta semana por el Instituto de Medicina Legal que han permitido develar el mapa de la muerte en el Huila durante el primer trimestre de este año.
Los datos no son para restarles importancia: entre enero y maro, es decir en apenas 90 días, se registraron en el departamento 58 homicidios, 21 suicidios y 72 muertes en accidentes de tránsito a lo largo y ancho del territorio huilense.
Los homicidios se concentraron en los municipios de Neiva y Pitalito con 20 y 11 casos respectivamente, presentándose en la capital huilense un alza del 40% en los asesinatos frente al mismo periodo del 2021 cuando se registraron 14. De la totalidad de asesinatos presentados 15 fueron perpetrados contra personas entre 20 y 24 años, y en 10 casos las víctimas fatales tenían entre 25 y 29 años, siendo estos rangos de edad el mayor blanco de los asesinatos.
En cuanto a los 21 suicidios reportados durante el primer trimestre, de acuerdo con Medicina Legal, 5 se presentaron en Neiva, 3 en Gigante, 2 en Campoalegre y 2 en Garzón, siendo estos los municipios con más casos. Entre tanto, las muertes por accidentes de tránsito se concentraron especialmente en Neiva (11), presentando una disminución frente a 2021 cuando fueron 17; Pitalito (7), Garzón (6) y La Plata (6).
La sociedad huilense no se puede acostumbrar a estas cifras. Llama la atención, por ejemplo, que los fallecimientos en accidentes de tránsito sean hoy la primera causa de mortalidad en la región. Algo debe estar pasando en las carreteras del Huila.
Siempre se han dicho que las cifras son frías y que, por lo general, escucharlas o verlas no despiertan ningún impacto. Sin embargo, en este caso hay que tener en cuenta que nos estamos refiriendo a vidas humanas.
Frente a los homicidios, los suicidios y las muertes en accidentes de tránsito, las autoridades deben tomar nota y asumir responsabilidades.