EXCANDIDATO A LA VICEPRESIDENCIA
La final de la copa mundial de fútbol en 1950 se jugó entre los equipos de Brasil y Uruguay en el Maracaná de Rio de Janeiro.
Todos los pronósticos se inclinaban a señalar que el triunfador sería el equipo local.
Eran once estrellas, jugaban en casa y estaban acompañados por una afición que los respaldaba con pasión.
El resultado, sin embargo, les fue adverso.
Ganaron los uruguayos, y la tragedia emocional fue de tal magnitud que, desde entonces, hablar de maracanazo es referirse a derrotas significativas.
Tanto es así, que quienes vivieron aquellos momentos recuerdan esa ocasión como la última vez en que la selección del Brasil salió a la cancha con uniforme blanco.
Algunos episodios relacionados con el soborno transnacional tocan, tanto el fútbol, como a empresas de ese país.
El escándalo internacional que involucró a miembros de la FIFA, y lo que se está conociendo ahora de las actividades ilegales de la empresa Odebrecht en numerosos países, obligan a hacer ciertas reflexiones y afirmaciones.
Hace un par de años la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) publicó un informe en el que señaló que las multinacionales emplean la tercera parte de las ganancias en sobornos.
A esa conclusión llegó después de analizar 427 casos en los que se produjeron sentencias entre 1999 y 2014.
Resulta importante decir que el número de acciones violatorias de la ley en el período señalado es mayor, puesto que el estudio de la organización se concentró en los procesos que terminaron con providencias de los jueces y magistrados.
Así mismo, dicho informe precisa que los casos de corrupción en que participaron empresas multinacionales tuvieron lugar en países ricos y en naciones pobres, con el propósito de controvertir la teoría de que las fechorías ocurren solamente en las naciones con menor grado de desarrollo.
Y con respecto a los sectores en donde se produce el mayor número de sobornos incluyó los de comunicaciones, construcción, transporte y minería.
La lista de empresas que han acudido a esas prácticas es tan larga como la de los países cuyos funcionarios recibieron plata de las transnacionales.
Hoy, en Colombia y varios países más, se está viviendo un nuevo episodio de soborno internacional.
Teniendo en cuenta lo que se está investigando, debe reclamarse que las autoridades actúen con celeridad a fin de identificar y castigar a quienes hayan recibido dineros de Odebrecht para favorecer ésta empresa en la adjudicación de contratos.
De otro lado, tiene que hacerse una averiguación en todas las campañas políticas, repito, todas, para la presidencia y para el congreso, a fin de averiguar si alguna o algunas recibieron dineros provenientes de la mencionada empresa.
Por último, es urgente agilizar los mecanismos de cooperación judicial con el Brasil en procura de determinar cuáles son los hechos reales y concretos, así como su impacto en Colombia en el evento de que las versiones periodísticas correspondan a la realidad.
Entenderán ahora que el recuerdo del maracanazo tiene que ver con un jugador empresarial del Brasil haciendo goles en canchas extrañas y comprando árbitros.