Píter Bonilla Díaz
Está claro que la primera vuelta presidencial la ganarán Gustavo Petro Urrego y Federico Gutiérrez Zuluaga. Los menciono así por el orden del resultado de la consulta interpartidista. Que con seguridad pasarán a la segunda, salvo que se presente un fenómeno electoral. Que puede ocurrir, de acuerdo con el debate televisivo realizado por RCN, entre los aspirantes presidenciales.
Así no haya asistido Petro, mi percepción es que el mejor es Enrique Gómez Martínez. Y me atrevo a opinar que si estuviera en esa baraja Oscar Iván Zuluaga, serían los indicados para una excelente fórmula presidencial. Entre el exitoso exministro y el impetuoso joven.
Pese a que tengo la certeza de que Gómez fue el más serio, directo y contundente, ante la proximidad de las elecciones, es imposible que los colombianos alcancen a conocer sus planteamientos. Es una carta genuina que Colombia tiene para el 2026. Y que gracias a la oportunidad que le dio el referido canal, acabando de esta manera la absurda discriminación que le tenían los medios de comunicación, su imagen se está proyectando vertiginosamente.
Se dirá que por no haber estado presente el aspirante del Pacto Histórico en el citado debate, no se puede comparar lo que pudo haber dicho allí con las exposiciones de los demás. Quién no conoce de tiempo atrás sus nefastos antecedentes. Sus intenciones dictatoriales, demagógicas. Hasta utópicas y por tanto irrealizables. Consecuencia de su frenesí alucinante dentro de una mescla con su obnubilado ego.
A Sergio Fajardo se le acabaron los argumentos. Su objetivo principal es atacar a los presidentes Duque y Uribe, para señalar a Gutiérrez como el candidato del continuismo. Su aspecto es huraño. No tiene afabilidad. Su mirada es perdida. Tenue.
¿Será que Ingrid Betancourth regresa al país dentro de cuatro años para volver a politiquiar?
A propósito del Mandatario, con esa versión, que no es únicamente de Fajardo, sí puede resultar incómoda para Fico. Ante la falta de autoridad frente a los paros violentos y su permisividad con la extrema izquierda, al Presidente también le ha faltado carácter con la actitud connivente entre el registrador Nacional Alexander Vega y Gustavo Petro.
Resulta extraño que cuando hasta el mismo funcionario reconoció que había que realizar un nuevo conteo de la totalidad de los votos, Petro Urrego, dijo que las elecciones eran un hecho cumplido y reculó. Y eso huele muy mal.