La Nación
Cecilia López Montaño
COLUMNISTAS

El mundo reflexiona ¿y Colombia?

En estos los momentos cuando la amenaza de nuevos picos de la pandemia es evidente y cuando la economía mundial empieza a reaccionar sin lograr remediar los inmensos costos sociales que vivimos, el mundo reacciona reflexionando. No es sino seguir los debates en distintos escenarios mundiales para entender que la búsqueda de nuevos consensos para resolver lo que causó o mejor aún, evidenció la pandemia, está en el orden del día. Esto ocupa a distintos pensadores y líderes del mundo.

Mariana Mazzucato, por ejemplo, acaba de platear el entierro del Consenso de Washington y la búsqueda de nuevos acuerdos que le devuelven al Estado el papel que estas políticas le arrebataron. Mientras tanto, el Papa Francisco expresa su inmensa preocupación por la situación de la pobreza, de los trabajadores, y los organismos internacionales lanzan diagnósticos que demuestran la crisis que vive la democracia, los limites inadmisibles a que ha llegado la concentración de la riqueza y plantean la necesidad de un Nuevo Contrato Social. Es decir, el mundo reflexiona ante la dimensión de los problemas viejos y nuevos que afectan a la humanidad.

Pero que pasa en Colombia. Para ser muy claros, no pasa nada. Los economistas dueños del debate del desarrollo ni siquiera se cuestionan su contribución a esta situación colombiana que resume muchos males al tiempo. Los que sí muestran su desesperanza son los defensores de la búsqueda de la paz en este país, cada vez más esquiva, pero nadie los escucha. El hambre que ha llegado en nuestro país a niveles impensables sale en las noticias, la muestran en su peor cara y les solucionan la situación a unos pocos, pero esas estrategias de verdad no aparecen por parte de los verdaderos responsables. Y como si fuera poco, la ética pública pasó de moda.

Es increíble que mientras en Chile el presidente Pinera está ad-portas de su destitución, en Colombia la vicepresidente, la ministra de transporte y nada menos que el director de la Dian aparecen en los Pandora Papers y el presidente Duque sale a defenderlos. En que mundo vive, es la pregunta que muchos nos hacemos. Pero quienes merecen una mención especial son los precandidatos presidenciales que están perdiendo la oportunidad de abrir este proceso de reflexión profunda que demanda a gritos este país.

La pregunta que muchos nos hacemos es por qué nuestro debate es tan pobre, por qué con tanta gente inteligente no hay una verdadera reflexión. Por qué quienes tratan de todas formas de abrir esa discusión no lo logran. Ni siquiera esta desabrida campaña política, escenario ideal para las ideas, logra salir de las peleas, del egoísmo de muchos y de los super egos, del día y día. ¿Sera que en medio de tantos problemas no hemos aislado del debate mundial? Peligroso, muy peligroso porque si un país requiere en estos momentos pensar en salidas de fondo es Colombia. Ni siquiera se requieren grandes esfuerzos para adentrarse en las reflexiones que hoy se están dando. Basta leer la prensa internacional. Ni siquiera se necesita hacer lo ideal: leer tantos libros iluminadores que se están produciendo.

Colombia necesita pensar seriamente en un futuro distinto y es responsabilidad de quienes tienen algún grado de influencia en la opinión pública, insistir en la necesidad de seguir esa reflexión que se esta dando en el mundo. Es el contexto adecuado para lograr encontrarle salidas a nuestro país. ¿Será que llamados como este serán atendidos?