Como era de esperarse, le siguen apareciendo ‘torcidos’ al extesorero John Edison Torrejano, actualmente bajo detención por un millonario fraude financiero en la Alcaldía del municipio de Baraya. Ahora, la Fiscalía le abrió a Torrejano un nuevo proceso judicial por operaciones bancarias fraudulentas cuando se desempeñó como tesorero de la Alcaldía de Villavieja, su pueblo natal.
De acuerdo con las investigaciones, Torrejano habría autorizado un retiro denominado Pago a Tercero Efectivo y Cheque de una cuenta corriente denominada Agua Potable, cuyo titular era el Municipio de Villavieja por la suma de $35,2 millones, girados en dos cheques de gerencia el 27 de septiembre de 2013. El primero fue por $5 millones, a nombre de Reinaldo Cardoso Cardoso, y el segundo a nombre del Municipio por la suma de $30,2 millones de pesos. Este cheque fue retirado por el tesorero y consignado en otra cuenta corriente del municipio en otro banco. El mismo día, Cardoso cobró el primer cheque y presuntamente se apropió del dinero, sin que tuviera vínculo alguno con la Administración Municipal.
Tal parece que de Villavieja, Torrejano llevó sus ‘torcidos’ a Baraya, en donde habría llevado a cabo sucesivas defraudaciones al erario municipal estimadas en más de mil millones de pesos.
El Diario LA NACIÓN se ha constituido en el único medio de comunicación regional que le ha hecho seguimiento a las marrullas de Torrejano, quien en Baraya hacía parte del círculo íntimo del exalcalde, Enrique Cardozo. Por fortuna, las denuncias han tenido eco en los organismos de control.
Frente a casos como los de Torrejano y otros, desde esta tribuna, hemos cuestionado cómo es posible que un funcionario en una Alcaldía Municipal o en una entidad pública pueda adelantar numerosas operaciones fraudulentas, sin ser detectado.
El mensaje está más que claro: las autoridades no deben claudicar en sus esfuerzos por atacar la corrupción.