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El Papa Francisco: el gran líder

Si alguien tenía todavía alguna duda sobre el carácter de líder mundial del Papa Francisco, lo que acaba de suceder en Estados Unidos con su visita y, más importante aún, con sus palabras, despeja totalmente una realidad: en el Papa Francisco este mundo tiene el líder mundial que tanto se necesitaba. Frente a la prepotencia de muchos de quienes mandan actualmente, la sencillez y sobre todo la calidez del Papa, desconcierta. "Recen un poquito por mi" afirmó tímidamente en medio de una sonrisa sincera, en Filadelfia. Eso para muchos puede ser el reconocimiento del gran papel que puede jugar en un mundo convulsionado en el cual todo cambia con tanta rapidez que es casi imposible seguir ese ritmo.

Pero probablemente lo más sorprendete es que sin arrogancia, y sobre todo sin la más mínima muestra de duda, le suelta al Congreso norteamericano, nada menos, que una clara censura a los valores de unos y otros. Es tan auténtica su posición que la plantea sin el menor signo de timidez, con el convencimiento de que está diciendo lo que debe. Tampoco se salvaron los organismos multilaterales que se han comportado como los reyes del universo y que ni reconocen ni pagan por sus errores que les han causado dolores irreparables a los pueblos. Denunció "la 'sumisión asfixiante' a la que los organismos financieros internacionales someten a algunos países." Y sinceramente dicen más sus fases memorables que los nuevos Objetivos del Milenio.

Movilizar a un pueblo como el norteamericano en su mayoría protestante, y lograr que sus mensajes tuvieran repercusión mundial, es una proeza de gran valor para la humanidad. Algunos dicen que no dijo sino obviedades. Puede ser cierto, pero la verdad es que precisamente esas cosas obvias que hacen de una sociedad un mundo civilizado, no la dicen con tanto amor, con tanta sencillez ningún líder contemporáneo. Y precisamente esas reglas sencillas de convivencia son las que le tocan el corazón no solo a la gente del común sino a muchos de sus grandes líderes. El Papa Francisco representa un tipo de liderazgo nuevo que ojalá logre imponerse.

Tal vez una de las frases que nos caen mejor a los colombianos que no queremos más guerra es la siguiente: como afirma la prensa el Papa previno contra la tentación del "reduccionismo simplista que divide la realidad en buenos y malos." Continuó "Permítanme usar la expresión " en justos y pecadores". No más odio es el mensaje implícito porque el explícito fue el siguiente: "Como María, queremos ser una Iglesia que salga de casa para tender puentes, romper muros, sembrar reconciliaciones". ¿Será que al uribismo que es católico, le toca el alma?

Sería interminable recoger los innumerables mensajes que envía la cabeza de una Iglesia Católica distinta. Una Iglesia que por siglos acompañó el poder, sin beneficio de inventario, y que ahora con el Papa Francisco focaliza su preocupación en los pobres, en los marginados, en los enfermos y quien lo creyera, en los tradicionales pecadores como los y las divorciadas y las mujeres que acudieron al aborto.

La pregunta del millón es cómo reaccionará esa Iglesia tradicional que era la gran inquisidora y solo se buscaba en momentos dolorosos. Hoy produce lágrimas en la gente sensible como el líder de los Republicanos en el Congreso de los Estados Unidos, quien lloró y renunció antes que complacer a esa ala radical y reaccionaria del Tea Party. Y lo hizo inmediatamente después del discurso del papa Francisco en el Congreso de su país.

Como dirían nuestros abuelos: "Dios sabe cómo hace sus cosas". Sí, el Papa Francisco es el líder mundial que hoy requiere la sociedad del Siglo XXI.

Cecilia López Montaño
www.cecilialopez.com