La Nación
EDITORIAL

El petróleo del Caguán

La incipiente explotación petrolera en Caquetá está pasando de castaño a oscuro. Las tareas de extracción que adelanta la multinacional británica Emerald Energy han encontrado el escollo más complicado, y ahora mortal: la clara estrategia de las Farc de impedir el tránsito de los carrotanques con crudo desde el Caquetá hacia el Huila. La incipiente explotación petrolera en Caquetá está pasando de castaño a oscuro. Las tareas de extracción que adelanta la multinacional británica Emerald Energy han encontrado el escollo más complicado, y ahora mortal: la clara estrategia de las Farc de impedir el tránsito de los carrotanques con crudo desde el Caquetá hacia el Huila. Las dos víctimas fatales del lunes, Luis Carlos Rodríguez, conductor de uno de los carrotanques y de José Adalberto Gerardo, ayudante de un carro de encomiendas que transitaba por el lugar demuestran al desprecio de la guerrilla por la población civil, convertida en objetivo militar, violando elementales preceptos del Derecho Internacional Humanitario. Pero además, impidiendo a la comunidad una fuente alterna de recursos que no tenían. Los subversivos tienen la radical determinación de atacar tanto a las fuerzas de seguridad como a civiles que tengan alguna relación, o no, con las caravanas de carrotanques que transportan el petróleo hacia Rioloro, en zona de Gigante. La muerte del conductor y del ayudante son el punto más grave que han alcanzado estas acciones terroristas, pese al gran despliegue de fuerzas y tareas que adelanta sobre todo el Ejército en la zona. Y aún después de las visitas de altos funcionarios a San Vicente del Caguán para tratar de enviar algún mensaje de calma, tanto a los habitantes que ya han asumido su tragedia diaria como parte de su vida cotidiana, como a la multinacional Emerald Energy. Pero no se trata de anuncios ni de visitas, es la concreción de lo que el Estado ha venido intentando, infructuosamente, desde la implementación del Plan Colombia con epicentro en los Llanos del Yarí; enormes recursos tanto de la ayuda estadounidense como del presupuesto colombiano se han gastado en esa región, la enorme mayoría en despliegue de combate. Pero los resultados aún, 10 años después, siguen sin verse. El petróleo del Caguán se está extrayendo de lo que hoy es una de las pocas zonas en las que la guerrilla aún se mueve con alguna propiedad, con milicianos y grupos pequeños que se ubican, atacan y retroceden rápidamente. Y no es un área de fácil manejo, dada su extensión y su configuración entre llanos, montañas y selvas. Pero ha sido enorme el despliegue de fuerza pública que se ha hecho en los últimos años como para no esperar que estas acciones violentas puedan reprimirse, prevenirse y darles, tanto a los caqueteños como a la multinacional petrolera, suficientes garantías de normalidad en sus actividades. Y no se trata de que por el solo hecho de que hay petróleo y una empresa advierte que se puede ir de la región ante el peligro, sí se adopten medidas. No, allí la prioridad es el caqueteño que con estoicismo, paciencia y valentía ha afrontado el riesgo desde mucho antes de la zona de despeje. ¿San Vicente seguirá solo? La comunidad debe levantarse para exigir que la excluyan del conflicto y para defender esta nueva opción para atender sus inmensas necesidades. “Las dos víctimas fatales del lunes, Luis Carlos Rodríguez, conductor de uno de los carrotanques y de José Adalberto Gerardo, ayudante de un carro de encomiendas que transitaba por el lugar demuestran al desprecio de la guerrilla por la población civil”. Editorialito Como estaba previsto, el presidente Santos conformó la terna pala elegir Fiscal General de la Nación. Tres juristas reconocidos Mónica de Greiff, María Luisa Mesa y Eduardo Montealegre serán presentados a la Corte para terminar el periodo abrupto. Ojalá que la Corte actúe con la misma rapidez para enfrentar la interinidad.