Gabriel Calderón Molina
A estas alturas, cuando la disminución de los recursos hídricos en el mundo, en Colombia y en Neiva es un hecho real, es increíble que empresas constructoras de esta capital, pretendan destruir los humedales del oriente de la ciudad movidos por sus intereses económicos. Es increíble, también, que las autoridades municipales (Alcaldía y Concejo Municipal), se muestren blandas ante semejantes posibles atropellos a la naturaleza como si no entendieran que el bien común está por encima de los intereses particulares.
Pero es todavía más desconcertante el comportamiento, hasta ahora silencioso, de la Corporación Autónoma Regional- CAM, creada precisamente para proteger la naturaleza. Como es de todos sabido, esta entidad en el año de 1996 aprobó y publicó la Agenda Ambiental del municipio de Neiva en la cual reconoció, como parte del Ecosistema Estratégico Urbano del Oriente, el humedal Los Colores cuya eliminación se propone una firma constructora. Para cualquiera con sentido de pertenencia por Neiva, debe entender que los humedales del oriente, además de ser una reserva acuífera, son la fuente hídrica de manantiales que nutren numerosas quebradas que bañan a Neiva, como La Toma, El Chaparro, Avichente, El Curíbano, la Cabuya y otras.
Cuando llegué a esta capital en 1968, para desempeñarme como primer Director de Planeación Departamental, reconocí que Neiva era una ciudad de muchas fuentes hídricas. Visité los humedales del oriente y desde entonces he sido testigo de la forma como la naturaleza ha venido siendo agredida por acción incontrolada de quienes que han venido obrando sin importarles el futuro de habitantes de esta ciudad. Ahora, cuando estamos frente a las amenazas del calentamiento global, destruir los recursos hídricos es un atentado moral contra los habitantes de la ciudad. El Plan de Ordenamiento Territorial valdría cero si deja sin protección las fuentes hídricas existentes en el municipio. Equivaldría entregarle el futuro de las nuevas generaciones a las ambiciones de quienes superponen sus intereses económicos al el bienestar colectivo de los neivanos. La tarea que se han impuesto muchos por proteger los humedales, entre los cuales está la Concejal Leyla Rincón, tenemos que respaldarla, si realmente queremos a Neiva. Ojalá todo el Concejo obrara así para admirarlo y apoyarlo.
POST MORTEM. Dolorosa la partida de tres valiosos amigos en dos emanas: Carlos F. Angel Andrade, Evaristo Cabrera y Heliodoro Rozo. Paz en sus tumbas.