El país debe recibir con alegría que ayer se haya alcanzado la meta del millón de inmunizados contra el coronavirus durante el primer mes de la campaña nacional de vacunación.
“Todos, como equipo, estamos demostrando que la vacunación masiva es la mejor política de vida en estos momentos de pandemia”, fueron las palabras del presidente de la República, Iván Duque, desde el centro de salud del barrio La Pradera, en Barranquilla, a donde llegó para acompañar a don Adel Mass Arcón, de 93 años de edad, a aplicarse la vacuna un millón contra el COVID-19.
El mandatario de los colombianos tiene razón. La vacunación significa en estos momentos vida y el camino para una recuperación económica efectiva. Sin embargo, es necesario que se afinen los procedimientos alrededor de la campaña de vacunación para que tome impulso en varias regiones del país.
Las cifras divulgadas ayer por LA NACIÓN sobre la lentitud de la vacunación en cerca de 20 municipios del Huila merecen ser analizadas para determinar qué está ocurriendo.
Es preocupante que municipios como La Plata, Acevedo, Timaná, Teruel, Campoalegre, Rivera y San Agustín, entre otros, no lleguen a niveles siquiera del 50% de dosis aplicadas.
Es urgente que autoridades de salud departamentales y municipales dirijan sus miradas hacia estas poblaciones, afinen mecanismos y tomen decisiones.
No es consecuente que mientras otras regiones superen el 90% de vacunas aplicadas, otras marchen con niveles demasiado bajos, más aún que desde ayer arrancó en el país la fase 2 de vacunación, que abarca a la población entre los 60 y 79 años de edad.
En estos momentos es clave que las autoridades de salud trabajen coordinadamente, en equipo, sin revanchismo, sin colores políticos.
La vacunación es sin lugar a dudas, el principio del fin de la pandemia.
“Es preocupante que municipios como La Plata, Acevedo, Timaná, Teruel, Campoalegre, Rivera y San Agustín, entre otros, no lleguen a niveles siquiera del 50% de dosis aplicadas”