El narcotráfico es uno de los más grandes problemas del país. Pero inexplicablemente hasta ahora los candidatos a la presidencia han guardado silencio a sobre la forma cómo lo van a combatir. De la lectura del Prefacio del libro, ‘Magdalena, Historias de Colombia’ del antropólogo, geógrafo e historiador canadiense, Wade Davis, en el que le dedica amplio espacio analizar este crónico mal, se concluye que mientras no se solucione, Colombia es un fracaso como Nación. Esto parece que no lo perciben los candidatos.
Estos son algunos de los textos de dicho Prefacio según la visión del autor en los primeros años de este siglo: “A causa del comercio de la cocaína, Colombia se había convertido en una Nación paria en el resto del mundo y sus ciudadanos se habían vuelto sospechosos por asociación”. “La gran mayoría de los colombianos han sido víctimas inocentes de una guerra alimentada casi exclusivamente por las extraordinarias ganancias del narcotráfico una fuente ilícita de dinero”. “La cocaína ha sido la maldición de Colombia, pero el motor que subyace al comercio siempre ha sido el consumo” Cuando se inició el cultivo de la coca, “nadie se imaginó lo sórdido que se volvería el negocio y la violencia fratricida que iba a desencadenar”. “Tras toda la violencia que ha causado, los ríos de sangre, las decenas de miles de vida que se han perdido por asesinato, encarcelamientos o enfrentamientos armados, hoy en día se consume más cocaína que cualquier momento de la historia”.
¿Esta visión sigue vigente?. Nadie lo duda, y seguramente en peores circunstancias. Ahora los cultivos de coca y las rutas de envío al exterior, las zonas del Catatumbo, Antioquia, Cauca, Nariño, Putumayo, regiones que controlan el clan del Golfo, los carteles mexicanos, el Eln, las disidencias de las Farc y demás organizaciones que tienen como combustible la coca, demuestran que el país está ahora peor que antes. En esas zonas el Estado no existe. Somos dolorosamente un fracaso como Nación. La culpa la tienen los consumidores de todo el mundo. Mientras la cocaína se siga consumiendo en el mundo, es imposible detener en Colombia su producción. Siendo E.U. el mayor consumidor, no controla su comercialización interna. La cocaína una vez entra a su territorio, se mueve allí sin control alguno.
Como Colombia es una víctima del consumo de la cocaína, requiere de unas políticas y decisiones de las que hasta ahora los candidatos a la presidencia nada han planteado. El punto esencial sería un acuerdo internacional que busque reducir el consumo en los países.