EL TLC y el valor agregado. Por Germán Palomo García

Un efecto inmediato de la mentada cumbre de Cartagena del pasado fin de semana fue la definición de la fecha para la puesta en vigencia del TLC con los Estados Unidos: Mayo 15/12, es decir, menos de un mes. En otras palabras llegó la hora cero para el controvertido tratado de libre comercio que sigue teniendo amigos y enemigos pero que entrará a funcionar gústenos o no. A nivel país, el que se haya definido su puesta en práctica beneficia a exportadores e inversionistas extranjeros que encontrarán atractivo invertir en Colombia para aprovechar el ingreso al gran mercado en términos de poder adquisitivo pues no lo era con el Atpdea que vencía cada 31 de diciembre y nadie invierte con base en legislaciones para el corto plazo. Esto lo aprovechó Perú que firmó hace casi tres años el TLC con USA y hasta firmas colombianas se trasladaron a ese país para aprovecharlo. Aquí también tendremos que aprovechar esta situación. Ganamos también los consumidores colombianos que podremos adquirir productos más diversificados a menor precio y mayor calidad. Pero pierde el grueso del aparato productivo que no inicie un proceso de mejoramiento competitivo que exige un acuerdo de tal naturaleza. Mucho se ha dicho sobre el arroz (con horizonte de 19 años para recibir competencia abierta de USA), vehículos de gama media como los producidos en Colombia (que estarán protegidos unos diez años más), pero en general, la competencia vendrá sin ninguna compasión, más temprano que tarde. Por esto resulta oportuno un interesante artículo publicado por El Espectador el pasado Domingo sobre la necesidad de que América Latina, no solo Colombia, “avance por el camino de generar mayor valor agregado en su producción”. La solución está aquí. Si seguimos presenciando exclusivamente el avance de la locomotora de la minería (con inversión extranjera) perderemos el impulso en los otros sectores especialmente el agroindustrial. Para ello, según la fuente, hay que ser más competitivos en logística, avanzar en infraestructura que sigue a niveles críticos, mejorar la educación y alcanzar un Estado más eficiente. Todo esto se ha dicho hace tiempo pero no se ha avanzado al ritmo requerido. La ola invernal ha puesto en evidencia nuestra obsoleta infraestructura y así no es posible competir. El TLC se nos vino y hay que enfrentarlo. Esperar más tiempo es seguir en lo mismo. Un buen momento para poner en práctica el mecanismo promocional de “Invest in Huila” y adquirir nuevo conocimiento pues lo mismo se aplica a nosotros los huilenses.

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