La Nación
El valor de la libertad en tiempos del covid 1 25 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

El valor de la libertad en tiempos del covid

María Consuelo Plazas Serrato

 

Hoy justamente se cumplen dos semanas desde el inicio del aislamiento social en nuestro país como única estrategia para evitar el riesgo de propagación del brote epidémico. En este tiempo de reflexión, el sagrado derecho a la libertad de locomoción a que hace referencia el artículo 24 Constitucional cobra relevancia: “Todo colombiano, con las limitaciones que establezca la ley, tiene derecho a circular libremente por el territorio nacional, a entrar y salir de él, y a permanecer y residenciarse en Colombia”.

Si bien la Carta Magna nos permite transitar autónomamente por todo el territorio nacional, con la entrada en vigencia del Decreto 457 de 2020: “Por el cual se imparten instrucciones en virtud de la emergencia sanitaria generada por la pandemia del Coronavirus COVID-19 y el mantenimiento del orden público” el Presidente de la República en el esfuerzo por mitigar su expansión  anunció el aislamiento preventivo obligatorio en todo el país, limitando el derecho a la libertad de circulación, con las excepciones por todos conocidas, hecho que nos obliga a permanecer confinados en nuestros hogares.

Sobre el particular valdría destacar que para muchos la cuarentena se constituye en una desagradable experiencia, por cuanto supone un cambio radical en la cotidianidad, aunado al hecho de sentirse aislado –a pesar de hallarse en la mayoría de los casos junto a su familia- hecho que genera un impacto psicológico negativo asociado a reacciones de estrés, ansiedad y depresión.

En armonía con lo expuesto valdría la pena preguntarnos ¿cómo podría sentirse una persona a quien le ha sido concedida prisión domiciliaria, como alternativa de cumplimiento de la sanción en el sistema penal colombiano?

 Valga señalar que la prisión domiciliaria, mejor conocida como “casa por cárcel”, le permite al sindicado estar privado de la libertad en su lugar de residencia, sin embargo para muchos se constituye en un “premio”, incluso, puede leerse en varios artículos de prensa expresiones tales como “gozar de casa por cárcel” o “disfrutar de arresto domiciliario”, dejando de lado lo fundamental: Aunque en casa, el condenado no podrá gozar ni ejercer su libertad.

A pesar de que no sería correcto afirmar que con ocasión de la pandemia nos hallamos en similar situación, sí podría eventualmente admitirse una analogía entre ambos escenarios: Salvo algunas excepciones, todos debemos mantenernos en nuestros hogares. No podemos caminar libremente por las calles, ni visitar a nuestros seres queridos, ni ir a trabajar o a estudiar. A pesar de ser razones muy diferentes, en ambos casos vemos transgredido nuestro derecho a la libertad de locomoción y es allí, precisamente, donde le damos el verdadero valor.