La Nación
El verdadero acuerdo nacional 1 28 marzo, 2024
COLUMNISTAS

El verdadero acuerdo nacional

José Manuel Acevedo M.

 

Una profecía autocumplida es aquella que no solo se pronostica y prevé sino que además se trabaja consciente e inconscientemente para que ocurra. Peor que el fracaso real del nuevo gobierno es el deseo constante de que le vaya mal porque eso sale traería una ruina colectiva. ¿Quién se va a frustrar si eso ocurre? ¿La izquierda? ¿Gustavo Petro? No. Parece de Perogrullo pero conviene recordarlo: si a Petro le va mal, al país entero le va mal y Colombia ha resistido décadas de violencia, recesiones económicas, desastres naturales como para que ahora no podamos convivir con la idea de que el péndulo giró hacia la izquierda y nos toca a todos, desde nuestras trincheras, trabajar para que el país no se salga del buen carril por el que va marchando.

Y de ahí debería partir el tan anunciado “acuerdo nacional”; del reconocimiento de que no solo este gobierno sino los anteriores han hecho cosas buenas que no deberían perderse con el cambio de régimen que se produjo en las urnas. Nunca antes había sido tan importante relievar el valor de construir sobre lo construido. Por supuesto que el nuevo presidente pondrá el acento en donde le corresponda y acometerá reformas -ojalá con responsabilidad- para cumplir con su programa de gobierno, pero para crear un acuerdo nacional en el que quepamos todos, vale la pena reforzar lo que se está haciendo bien y, recordar, siempre recordar que, este país con todo y sus problemas, ha ido poniendo ladrillos sobre unas bases sólidas que no sería conveniente ahora pretender desplomar.

La seguridad jurídica, la protección de la propiedad privada, el estimulo al sector productivo y la focalización de programas que mitiguen el hambre de millones de colombianos, son puntos en los que nos podemos poner fácilmente de acuerdo y que alimentarían ese consenso que pareciera abrirse campo con expresiones positivas tanto de Petro como de Álvaro Uribe y Rodolfo Hernández, que han mostrado tempranamente sus intenciones de sentarse a hablar.

El nuevo presidente, Gustavo Petro, ha dicho que le gustaría que el escenario de esos diálogos no fuera solo el Congreso sino que también se desarrollara en el ámbito regional y, yo agregaría, que podría iniciarse en nuestras casas, en las universidades, en los entornos más próximos donde tendríamos que encontrar puntos de encuentro y hablar con sinceridad y respeto de aquello que nos distancia. No esperemos a que los políticos hablen entre ellos; hagámoslo nosotros, como ciudadanos, en pro de Colombia, que es lo que de verdad importa.