Los derechos políticos tienen que ver fundamentalmente con actividades soberanas del Estado, por lo cual se reservan estos derechos a quienes reconoce como ciudadanos y los faculta para participar en su organización y control.
Constituye el más importante de los derechos políticos, pero no el único, que le brinda la Constitución al ciudadano para que intervenga en los asuntos del Estado. Según el tratadista Álvaro Mendoza Palomino en su obra Teoría y Sinopsis de la Constitución de 1991, señala: "Los ciudadanos, como depositarios y actores directos de la soberanía, poseen propios intereses y exigencias de participación en los asuntos públicos del Estado, expresados jurídicamente en lo que se ha denominado derechos políticos.
El artículo 40 de la Constitución Política de Colombia, consagra entre otros principios, aquellos de que todo ciudadano tiene derecho a participar en la conformación, ejercicio y control del poder político y que para hacer efectivo este derecho puede elegir y ser elegido, así como tomar parte en elecciones, plebiscitos, referendos, consultas populares y otras formas de participación democrática.
Desde la promulgación de la Declaración Universal de los Derechos del Hombre en 1789, se consagró como derecho del ciudadano el de ser admitido a todas las dignidades, puestos y empleos públicos, según sus capacidades, sus virtudes y su talento.
La democracia es el medio para la autodeterminación individual y colectiva. La sociedad construye el Estado y organiza el ejercicio del poder político. Todos estos planeamientos en la teoría son muy hermosos y de llevarse a la realidad, convertirían a Colombia en un modelo de democracia de categoría universal.
En el Huila debemos actuar con suma diligencia y cuidado al escoger la nueva representación, porque nos están metiendo gato por liebre. Con contadas excepciones, ya estamos viendo aparecer candidatos a granel en busca de elecciones, cuando no tienen nada positivo para mostrar, aparte de sus pretensiones. Unos se están yendo al movimiento del doctor Álvaro Uribe para pegarse de la llanta de repuesto, pero los huilenses no podemos olvidar que este mandatario durante sus 8 años de gobierno, jamás designó un ministro de esta abandonada provincia, que llevara la vocería ante las altas esferas donde se reparte el presupuesto nacional. Estos avivatos de nuevo cuño, aparte de la deserción de sus antiguos partidos o movimientos, nada importante tienen en su haber político y no saldrán adelante, por más que los quieran remolcar.