Por: Mario Andrés Huertas Ramos
El anuncio de Mike Pompeo, Secretario de Estado de los EE.UU., de incluir a Cuba en la lista de Estados promotores del terrorismo no tomó por sorpresa a nadie.
El pasado 29 de diciembre el New York Times había publicado este titular: “Pompeo considera incluir a Cuba en la lista de promotores del terrorismo” (Pompeo Weighs Plan to Place Cuba on U.S. Terrorism Sponsor List).
Dicho anuncio contiene algunos elementos que merecen toda la atención:
Primero, Pompeo ha denunciado igualmente a los Houthis como grupo terrorista tras señalar sus nexos con el régimen de Teherán y Saná; lo que podría servir como analogía geopolítica para el hemisferio americano.
Segundo, el gobierno entrante es para muchos en EE.UU. un tercer mandato de Obama; lo que claramente es un obstáculo para las relaciones diplomáticas, reestablecidas en 2015, entre La Habana y Washington.
Tercero, el número dos de Obama tendrá que posponer cualquier intento inmediato de “distensión” con Maduro.
Cuarto, es el último mensaje de apoyo al gobierno de Colombia tras el atentado a la Escuela de Policía General Santander en enero de 2019 que dejó 22 muertos y 89 heridos. Hecho por el cual, Bogotá ha solicitado en extradición a la cúpula del ELN que vive actualmente en la isla.
Quinto, la revista Semana ha publicado un dossier especial que revela información muy delicada que afectará aún más las relaciones entre Bogotá y La Habana. Lo anterior, explica el anuncio del presidente Duque sobre la posible expulsión de diplomáticos que no cumplan la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas (1961).
Ahora bien, es poco probable que Biden mantenga esta calificación y las cosas con La Habana vuelvan a su normalidad y, por lo tanto, Venezuela tome un respiro de “legitimidad”. En campaña, Biden fue enfático al señalar sus deseos de ampliar las relaciones con Cuba más allá de lo logrado en 2015.
Es muy probable que este anuncio de Pompeo, con el paso del tiempo, sea solo una declaración en razón a que las fuerzas del congreso ahora son mayoritariamente demócratas y este tercer mandato de Obama será, dado el talante de Biden y las actuales circunstancias, una administración muy similar a la de J.Carter.
Adenda 1: Con el ELN en un futuro próximo nada pasará, pues, así como ha sucedido con el M-19 y las FARC, que primero han sido tildados de terroristas y la opinión pública ha repudiado sus actos como la Toma del Palacio de Justica (financiada y patrocinada por Pablo Escobar) o la toma de Mitú (1998) o la masacre de Bojayá (2002).
La misma opinión pública olvidará los crímenes contra la humanidad del ELN y a pesar de los tantos atentados al medio ambiente, serán proclamados como un movimiento pacifista y abiertamente ambientalista.
Adenda 2: Rechazo total a la comparación del periodista Jake Tapper (CNN) quien con respecto de lo sucedido en Washington dijo: “Es surrealista, siento que estoy hablando con un corresponsal que informa desde Bogotá”