El Ministerio del Trabajo está adelantando en el país reuniones con sectores y sindicatos para escuchar opiniones y propuestas que enriquezcan de la mejor manera el Estatuto del Trabajo que el Gobierno presentará al Congreso como reforma laboral; así cumplirá con lo establecido en el artículo 53 de la Constitución Política. Aplausos, bravo por eso, es otra promesa que se cumpliría y así dignificar el trabajo en este país. Pero hay un detalle: no dice mayor cosa sobre los empleados de carrera administrativa y los provisionales que laboran en el Estado (llámese nación, departamento o municipio).
El borrador del Estatuto del Trabajo que se está ambientando dice, en el ámbito de aplicación, que “se aplicará a los empleados de carrera, en cuanto no se oponga a las normas especiales que los regulan”. No dice nada más. No dice en qué tiempo, modo y lugar se aplica a los empleados de carrera administrativa, ni mucho menos a los provisionales. Por supuesto que es la ley de carrera administrativa la que regula esa materia, pero la reforma laboral debería incluir un capítulo especial para que se apunte a reformar la carrera administrativa y se garantice la movilidad laboral de una persona que trabaja con el Estado. No puede hablarse de “carrera administrativa” cuando un empleado público se ha capacitado, ha adquirido experiencia, se ha profesionalizado… y diez o quince años después está en el mismo puesto; frustrado, porque su movilidad laboral está condicionada al encargo que le pueda dar el nominador o al cuestionado concurso que realiza la Comisión Nacional del Servicio Civil.
Su movilidad laboral no está directamente relacionada con la capacitación, la experiencia y la profesionalización que ha adquirido; algo que ha logrado, que ha ganado, y la recompensa que busca es que la institución lo promueva a otro grado o nivel por ese mérito que ha hecho y mejore su salario. La propuesta de reforma sería: crear el sistema de escalafón de carrera administrativa en el que cada cinco años se ascienda a otro grado o nivel con los requisitos de capacitación, experiencia, estudios adquiridos, evaluación sobresaliente en el desempeño laboral y no haber tenido ningún tipo de sanción en ese periodo; y a los que tengan actualmente más de cinco años en provisionalidad incorporarlos a la planta de personal en el nivel que estén.
Los sindicatos deberían impulsar este tipo de propuestas que apuntan hacia una verdadera carrera administrativa, pues hacer carrera no es solo acumular años, también es ascender por mérito propio y eso, sin duda, estimularía mejor al trabajador del Estado.