El 5 de octubre de 1993 Marta García dio a luz una niña en el Hospital Universitario de Neiva. Madre e hija salieron a casa sin ningún contratiempo, pero luego la mujer continuó con un cuadro anémico por lo que debió internarse de nuevo y dejar a su bebé al cuidado de una cuñada mientras se recuperaba. El día que le dieron de alta en el hospital, la madre se metió antes al baño a ducharse y sufrió una caída dándose un fuerte golpe en la cabeza que le produjo su fallecimiento en el centro hospitalario, casi al mes de haber nacido su hijita.
El padre de la recién nacida no llegaba a los 20 años de edad, y poco le preocupaba criarla. Su hermana continuó cuidándola, pero hubo un momento en que la bebé enfermó de manera alarmante, así que otro hermano les propuso que él con su familia se harían cargo del cuidado de la niña, y junto a su esposa y sus tres hijos viajó con la pequeña para Rio Negro, Huila.
Al año cumplido, la familia se radicó en el municipio de Pitalito, y sin que el padre de la niña ni otro familiar la buscara, decidieron allí registrarla. Así, Marta Caterine Nañez Cárdenas creció al lado de su tío, la esposa de éste y sus primos que se convirtieron en sus padres y hermanos adoptivos. Le dieron sus apellidos y además todo el amor y apoyo que una niña puede tener. “He tenido una familia ejemplar, con muchos valores, muchos principios, me han dado todo el cariño, me han tratado igual que a mis otros hermanos, yo soy la menor. Y a pesar que la vida me quitó a mi mamá biológica, me dio otra que siempre ha estado conmigo”, dice Marta Caterine quien ahora tiene 25 años.
Asegura que su madre adoptiva nunca le ocultó sobre Marta García, su progenitora, de lo mucho que anheló su embarazo y tener a su bebé en su seno. De ella, Marta Caterine conserva solo una foto. Pero siempre había querido saber más, conocer de sus raíces maternas. “Todos estos años he sentido como ese vacío, esa incógnita de saber de esa familia que también hace parte de mi vida, de mi historia, y me decidí a buscarlos”, comenta.
Su padre biológico es el único que le podría dar información de la familia de su mamá, pero no tiene comunicación con él, nunca más volvió a buscarla. Tan solo un dato le confió a su hermano (papá biológico y tío de Marta Caterine), que Marta García era oriunda del Guamo, Tolima.
Exitoso encuentro
De ahí se agarró la joven para iniciar la búsqueda. Se contactó con la emisora La Voz del Guamo, y habló con el periodista Nelson Rodríguez Cantor, quien la escuchó y la ayudó con los anuncios a través de internet y de la radio para averiguar si todavía había familia suya en el pueblo. La búsqueda tuvo éxito, el mismo día de las publicaciones, se reportó una mujer quien decía ser prima de Marta Caterine. Enseguida le avisaron a ella y se contactaron por teléfono y video llamada no solamente con la prima, sino con varias tías que también escucharon el anuncio.
“Fue muy emocionante, me dicen que nos parecemos físicamente con mi mamá, que también era de mal genio como lo soy yo, que intentaron buscarme luego de la muerte de ella pero que perdieron el contacto con mi otra familia”, comenta la joven huilense.
Para este próximo miércoles primero de mayo se ha organizado el emotivo encuentro de Marta Caterine con su familia materna en el Guamo. Ella viajará desde Pitalito acompañada de su madre adoptiva y de su hijo de 7 años. A ambos les invade la emoción de conocer a sus primos, tíos y a su abuela. Lamentó cuando le contaron que su bisabuela materna, que era el centro, la columna de la familia murió hace dos años, esperando saber qué fue de “la niña de Martica”, la nieta consentida de ella.
La joven espera también visitar la tumba de su mamá. “Todavía me parece un sueño todo esto. Me cuentan que cuando a mi mamá le iban a dar de alta en el hospital ella estaba muy contenta y con mucha ilusión porque me iba a ver, me iba ir a cuidar, me emociona mucho saber que ella en realidad me quería bastante, yo era su primera y única hija”, dice sollozando Marta Caterine.
Cuenta las horas para que la familia le hable sobre su mamá, cómo fue ella, cómo fue a parar a Neiva. Lo poco que sabe son rumores que busca aclarar, que Marta García se fue de la casa, al parecer escapada, y llegó a la capital huilense en búsqueda de trabajo. Además de despejar sus dudas, espera recuperar y entrelazar ese amor fraterno.
