Iván Garzón Tovar, de 26 años de edad, sufrió una aparatosa caída en su motocicleta Suzuki AX 100, cuando se dirigía el pasado lunes a las 7:30 a.m. hacia la bomba de combustible El Triángulo, hasta donde diariamente llega desde hace siete años para ofrecer sus servicios como cotero en las tractomulas que ingresan a Neiva por la vía que conduce a Bogotá. LA NACIÓN, NEIVA Iván Garzón Tovar, de 26 años de edad, sufrió una aparatosa caída en su motocicleta Suzuki AX 100, cuando se dirigía el pasado lunes a las 7:30 a.m. hacia la bomba de combustible El Triángulo, hasta donde diariamente llega desde hace siete años para ofrecer sus servicios como cotero en las tractomulas que ingresan a Neiva por la vía que conduce a Bogotá. El hombre terminó mal herido sobre el pavimento, cuando tomó el reductor de velocidad ubicado a un lado del puente El Tizón. En el lugar permaneció inmóvil pero sin perder la conciencia por más de una hora, hasta cuando fue recogido por una ambulancia que venía de Ibagué con otro paciente a bordo. Hacia las 9:00 de la mañana fue ingresado a la clínica de Saludcoop, ubicada a pocas cuadras del lugar del accidente, con el fémur derecho fracturado, trauma craneoencefálico severo y con herida abierta en el rostro. El ‘calvario’ de la familia Carlos Fernando Garzón Tovar, hermano del herido, afirmó que “el problema que hemos tenido es porque en el accidente se extraviaron los documentos de propiedad y el carnet del seguro obligatorio que está al día (los cuales ya fueron recuperados), entonces lo único que hicieron en la clínica fue hacerle limpieza de las heridas y ahí permaneció sin ser intervenido hasta ayer en la tarde cuando fue trasladado al Hospital Universitario”. Según Carlos Fernando, el argumento de las directivas de la EPS para no trasladarlo a la Clínica de Fracturas y Ortopedia o a la Clínica Uros, era que “no habían camas ni ambulancias disponibles”. “Tuvimos que trasladar a mi hermano hasta el hospital en una ambulancia de una empresa privada que nos cobró 55.000 pesos por adelantado, pero en medio de la preocupación como pudimos reunimos la plata”. TAC fuera de servicio “En la clínica nos dijeron que no lo podían operar, ni realizarle suturas hasta no realizarle un TAC (Tomografía Axial Computarizada) cerebral, pero que el aparato estaba fuera de funcionamiento, entonces no podían hacer nada”, afirmó el familiar de Iván. En el Hospital Universitario de Neiva sí lo intervinieron quirúrgicamente tras sus múltiples lesiones y hoy se encuentra estable y recuperándose de sus graves heridas. El robusto cargador de bultos vive en el barrio Alberto Galindo, es casado y tiene dos hijos menores de edad.