Qué obligó al Gobierno a sincerarse y a a ajustar a la baja el Plan Financiero de 2013? En primer término el reconocimiento de que Colombia no es una ínsula que pudiera sustraerse a los embates de los choques externos sobre la economía colombiana. Si algo caracteriza la globalización es que las crisis ahora son amplificadas y sincronizadas, de tal suerte que la política austericida que ha seguido la Unión Europea en su desespero para capear su crisis económica, así como la superación a medias del “precipicio fiscal” en los EEUU que mantiene su economía en vilo, amén de la ralentización del crecimiento de la economía china, han terminado por asestarle un duro golpe a la economía colombiana.
El oleaje de esta marea ha terminado por llegar a nuestras costas y Colombia está en playa baja, de allí que se haya acelerado la desaceleración del crecimiento de la economía. Ya lo había advertido el Banco Emisor, después de haber revisado a la baja su proyección del crecimiento de la economía para el 2012 “con 4.3% como la cifra más probable”, ahora “las nuevas cifras económicas del cuarto trimestre de 2012 sugieren que el crecimiento para todo el año podría ser inferior a 4%”.
A regañadientes, ante esta realidad de apuño, muy a su pesar y dado que el Gobierno ya había logrado su cometido de pasar por el Congreso su proyecto de reforma tributaria, sobre bases que ahora resultan tan deleznables, se vio precisado a bajar también su proyección de crecimiento del PIB para el 2012 del 4.8% al 4.0%, al tiempo que mantiene, contra todos los pronósticos su proyección de 4.8% para el 2013. Pero qué es lo que hay detrás de estas cifras? Sobre todo la caída de la producción minero – energética, que venía jalonando el crecimiento.
Según la Directora ejecutiva Sector de la Minería a Gran Escala (SMGE) Claudia Jimenez, “de los 97 millones de toneladas de carbón que se estimaban para 2012, tan sólo se alcanzarán a extraer entre 87 y 90 millones de este mineral”. De acuerdo con el Presidente del Cerrejón Roberto Junguito, las exportaciones de carbón cayeron de US $6.387 millones a septiembre de 2011 a US $5.837 millones para el mismo período en 2012, a consecuencia del efecto combinado de la contracción de los mercados internacionales y la destorcida de los precios, que pasaron de US $110 la tonelada en enero de 2012 a rondar los US $60 en diciembre.
No obstante conocer esas cifras el Gobierno, según registros del Ministerio de Hacienda aspira a registrar una producción de 98 millones de toneladas en 2013 y a obtener precios que oscilen entre US $75 y US $77 la tonelada. Y hay que tener en cuenta que US $20 menos en el precio de la tonelada le representa al país menores ingresos del orden de los US $1.960 millones, cifra esta que no es despreciable.
Pero el caso más patético es el del petróleo, en cuyas proyecciones se les fueron las luces tanto al Gobierno como al Congreso al aprobar el PGN y el Presupuesto bianual del SGR para este año con precios del crudo de US $101 el barril en el primer caso y de US $95 en el segundo, cuando se sabía a ciencia cierta que tales proyecciones estaban desfasadas con respecto a la real realidad. ¿Qué pasó?