Una mirada hacia la familia
Consuelo Serrato de Plazas
Acorde con la sabiduría popular: «Ahorrar no es solo guardar sino saber gastar».
Si de austeridad se trata hoy más que nunca cobra vital importancia la necesidad de replantear con objetividad nuestros hábitos financieros, mediante estrategias que conduzcan a tener mayor control sobre el presupuesto familiar, siendo consecuentes con nuestras acciones, a fin de evitar caer en el síndrome del «gasto hormiga».
Pero ¿qué son propiamente los «gastos hormiga»?
De manera puntual me refiero a los pequeños y habituales gastos que a simple vista parecieran irrelevantes, pero que en definitiva pueden llegar a impactar de manera significativa las finanzas personales y de paso, nuestra capacidad de ahorro. Comida chatarra, botellas de agua, refrigerio diario con amigos, comidas a domicilio, propinas, pequeños antojos difíciles de resistir, son apenas algunos de los gastos asociados a esta nociva práctica.
Convendría subrayar que con lo expuesto no quiero significar que esté mal darnos un gustico de vez cuando, pues como lo afirmara Paulo Coelho «la vida está hecha de pequeños placeres», con todo, si esos simples caprichos se tornasen habituales, muy seguramente generarían desequilibrio en nuestro presupuesto y a futuro demoledores efectos en la economía familiar.
De ahí que resulte imperioso interiorizar pautas de comportamiento saludables desde el punto de vista financiero que nos lleven a gestionar apropiadamente nuestros gastos. En tal sentido resulta conveniente esforzarnos por modificar de manera consciente y responsable los hábitos de consumo. No olvidemos que toda reducción por pequeña que resulte, representa considerables beneficios en las finanzas personales.
Para concluir los invito a realizar el siguiente ejercicio: Sumemos a final de mes el valor invertido en «gastos hormiga» y les garantizo que se sorprenderán con la cifra que arroje. No en vano Benjamín Franklin solía recomendar: «Cuida de los pequeños gastos; un pequeño agujero hunde un barco». Llegó la hora de comprometernos y ser consistentes en el empeño porque esos «inofensivos» gastos hagan parte del presupuesto de egresos y a futuro nos evitaremos muchos dolores de cabeza. Para todas y todos, Venturoso 2021.