La estigmatización social a la que se enfrenta el personal de la salud en esta pandemia es denigrante. Enfermeras víctimas de rechazo, de violencia y señalamientos, es el pan de cada día. Aseguran que covid-19 ha motivado a que se les cierren las puertas.
Astrid Hernández Ospina
Lamentablemente dentro del gremio de la salud, las enfermeras son el principal objetivo de señalamientos por parte de dedos incriminatorios que juzgan sin estar en los zapatos de quienes arriesgan su vida, por salvar una ajena.
Para Sandra a quien llamaremos así con el fin de proteger su identidad, el rechazo es constante, ella labora en el servicio de urgencias del Hospital de Neiva, y desde que está pandemia comenzó; no sabe que es peor, sin tener que arriesgar su vida a diario en su labor como auxiliar, o salir a la calle y ser rechazada por la comunidad. La mujer con lágrimas en el rostro narró la cruel realidad que no todos conocen, la estigmatización de la cual ha sido víctima y el desapego hasta de su misma familia ante el temor de un contagio.
“Muchos de mis compañeros tienen problemas con el transporte, no los quieren llevar o abusan con las tarifas para que no se suban a los taxis. Y ni hablar de los tenderos y supermercados, los miran mal”, asegura.
La pandemia municipal
Pitalito y Garzón son los dos municipios donde más se presentan casos de rechazo hacia el personal médico, en el primero, una joven enfermera quien labora en el Hospital San Antonio, fue literalmente sacada de su vivienda, ubicada en un conjunto residencial, por temor de sus vecinos a ser ‘contagiados’. La mujer sin tener otra opción, se marchó.
Por su parte, Clara Lucia Perdomo González, una auxiliar de enfermera de una reconocida clínica del valle de laboyos, también fue víctima del escarnio público. Relata la mujer que se encontraba en un supermercado, “ Había salido de turno, llegó un señor en un carro y apenas me vio, me insultó, me puso por el suelo, me trató de lo peor, como si fuera yo peor que la situación que estamos afrontando a nivel nacional. Finalmente, me marché, la gente me miró como lo peor y la señora del supermercado no me prestó más el servicio ante la oposición de varios de los presentes”.
Respeto y consideración
Un grupo de enfermeras del Hospital Universitario Hernando Moncaleano se refirieron a las continuas agresiones de que están siendo víctimas médicos, enfermeras, camilleros y el resto del personal de salud por parte de quienes consideran los pueden contagiar de coronavirus. “Nada justifica dicho comportamiento que debe ser atendido de inmediato por las autoridades y entes respectivos”, declaró la agremiación que consideró que el mejor aplauso es el respeto y la consideración.
En un reconocido supermercado de la ciudad de Neiva, ubicado en la carrera Quinta con calle 21, una Enfermera Jefe del HUEMP, fue rechazada al ir vestida con su uniforme, la mujer le narró a sus compañeras de labores de la sala de urgencias del Hospital, el incómodo momento que vivió cuando llegó a cancelar en la caja y no pudo llevar nada, pues no la atendieron e incluso la incitaron a salir del almacén.
Servicio gratis
Ante esta situación, un grupo de taxistas decidieron unir esfuerzos y prestar sus servicios de forma gratuita al personal que lo necesite. “Es un servicio de transporte público gratuito para estos empleados desde su casa y hasta su sitio de trabajo y viceversa. En Neiva disponen de 6 taxis que ofrecen de forma voluntaria el servicio. Indicó Diego, taxista voluntario.
Sanciones a quienes agredan a personal de la salud
Ante el aumento de las agresiones al personal de salud en el país, el presidente Iván Duque anunció sanciones, incluso castigos económicos para quienes no respeten a quienes se juegan la vida a diario para salvar a los contagiados con la COVID-19 y velar por la salud de la población en general.
“Me parece absurda la discriminación, me parece absurdo, me parece inadmisible, me parece, además, que es torpe”, manifestó Duque en una entrevista a nivel nacional.
El presidente aseguró que quien discrimine al personal de la salud “no solamente debe tener una gran sanción social, sino que, además, debe tener una sanción económica”.