La Nación
Enfrentar el Covid-19: hacer la diferencia depende de nosotros 1 20 abril, 2024
HUILA

Enfrentar el Covid-19: hacer la diferencia depende de nosotros

El médico y cirujano de tórax, el exalcalde de Neiva Rodrigo Lara Sánchez, hace para LA NACIÓN un impactante análisis de la emergencia por el coronavirus. “Hacer más pruebas y confinar a los enfermos es una gran tarea de los gobiernos”, dice.

 

 

Rodrigo Lara Sánchez

Decano de Salud Fundación Universitaria Navarra

 

Parece como si se tratase de un sueño, o más bien una pesadilla, que de la noche a la mañana nos cambió la vida para siempre. Inició como algo lejano, en noviembre del 2019 en un mercado de Wuhan, China, en donde se presentó un brote de infección respiratoria severa, que produjo neumonía y muerte en personas. Una nueva enfermedad desconocida hasta el momento. Dos meses tardaron los chinos en identificar el nuevo patógeno, un virus que parece tener una corona, de allí su nombre, y como si se tratase de la realeza, a quien debemos hacer la reverencia, como ningún otro puso el mundo a sus pies. Una máquina perfecta de infección, con la capacidad de esparcirse por todo el planeta en pocas semanas, que hoy tiene en jaque a la economía mundial y ha generado colapso en el sistema de salud de muchos países.

Un virus como ningún otro, un fragmento de ARN envuelto por proteínas con la capacidad de transformase cada vez que infecta a un nuevo huésped. Hasta el momento se conocen cerca de 500 mutaciones, lo cual hace difícil enfrentarlo y desarrollar una vacuna efectiva en el corto plazo, y para el cual no existe tratamiento. Ya son cerca de 600 mil los infectados y 27 mil las muertes, todo un planeta atemorizado por la nueva pandemia. Los más pragmáticos dirán que las muertes son pocas comparadas con la tuberculosis (según cifras de la OMS, en el 2018 enfermó a 10 millones de personas y de ellas 1,5 millones murieron por la enfermedad), una enfermedad del tercer mundo agudizada por el SIDA, que mató a 251.000 niños en el mismo año. O comparado con la malaria, que en el 2018 enfermó a 228 millones de personas y produjo la muerte a 405.000 personas; claro, la diferencia es que la mayoría de estas muertes son en países pobres, en donde no trascienden y las del Covid-19 han sido en su mayoría en países desarrollados.

Pero sigamos hablando del Covid-19, que es el nombre que se le ha dado a la enfermedad producida por el SARS-CoV-2. No es la primera pandemia que ha existido en el mundo: Bocaccio en el Decamerón nos narra la peste negra en la Florencia del medioevo y que mató al 50% de la población mundial. O la influenza, que en los años de la posguerra de 1918 mató a cerca de 50 millones de personas. Empieza con síntomas respiratorios como tos y fiebre, son los más frecuentes; 8 de cada 10 enfermos no va más allá de estos síntomas, que se presentan entre leves a moderados. Este es uno de los problemas más graves a la hora de contener la enfermedad, pues algunos enfermos son casi asintomáticos y se convierten rápidamente en propagadores de la infección. Lo más complicado quizás es que hay una fase de propagación en personas que aún no experimentan síntomas, pero sí transmiten el virus. Así que la mayoría de los infectados van a sobrevivir simplemente estando en casa, hidratándose bien y tomando algo de acetaminofén. Los que sí pueden presentar complicaciones son las personas mayores y aquellos que presentan enfermedades cardiovasculares, diabetes, enfermedades respiratorias crónicas, pacientes inmunosuprimidos y pacientes con cáncer.

 

El gran problema

Se cree que el virus puede afectar al 40% de la población mundial, y allí radica el problema de salud pública: de ser mal manejada, no existe capacidad para atender las complicaciones de tantos enfermos. Esto condena, como ha sucedido en Italia y España, a tener que escoger a quién atender, a quién llevar a la Unidad de Cuidados Intensivos, y a quién ver morir por falta de soporte respiratorio.

Esta es una pandemia que parece un verdadero reality en donde vemos cuantos infectados aparecen cada minuto y cuantos mueren por la enfermedad. Es casi como un morbo preguntar a diario cuántos van, cuando más bien deberíamos preguntarnos si lo estamos haciendo bien para contener la infección.

Las medidas se han tomado. Presidente, gobernadores y alcaldes han hecho lo correcto: llamar a la cuarentena, exigir el compromiso de los ciudadanos, la solidaridad y el autocuidado mediante el aislamiento social y el lavado de manos, todos los días lo repiten una y otra vez por los medios. El mensaje es claro: quédese en casa y lávese las manos frecuentemente con agua y jabón. Hacer más pruebas y confinar a los enfermos es una gran tarea de los gobiernos en estos momentos. Atender y sacar a los enfermos críticos adelante es la del equipo médico.

El reto es grande, pero es nuestra responsabilidad. La humanidad va a sobrevivir a esta y a otras pandemias, el mundo cambiará, esperemos que para bien. Ojalá y luego de esto que estamos viviendo logremos entre todos construir un lugar más solidario, consciente de su responsabilidad para con el planeta, comprometido con la necesidad del otro, con un verdadero sentido de lucha contra la pobreza y la desigualdad. A su vez, la tarea es estructurar un mejor servicio de salud para todos, enfocado realmente en la prevención y la promoción de la salud.

 

El Covid-19 llegó para cambiarnos, el resultado depende de lo que hagamos nosotros.