Durante años nos han vendido que Colombia es una democracia dizque porque cada cierto tiempo los de siempre presentan su canasto de promeseras ofertas electoreras permanentemente incumplidas, abusando de la amnesia, la necesidad, la ignorancia, o la alcahueta sinvergüencería de tantas víctimas por acción u omisión de la estafa “democrática”, quienes que eligen y reeligen y nuevamente reeligen a verdaderos corsarios encapuchados de demócratas preocupados dizque por la suerte de la comunidad asaltada ideológicamente.
Para perfeccionar el sainete, nuestra “democracia” exige total pulcritud, transparencia y honradez en el proceso electoral y para cumplir su supuesto objetivo dispone un organismo de plena factura político-electorera donde aterrizan politicastros de baja estofa y peor condición ciudadana. No todos, debo decir ante el riesgo de que caiga sobre mí todo el peso de la justicia, como cacarean muchos merecedores de buenas temporadas tras las rejas.
Es el Consejo Nacional Electoral convertido por la podredumbre y la corrupción en un escampadero o escapadero de fantoches autodenominados “honorables”. Algunos son fugitivos de la justicia o quemados en las urnas porque sus acólitos y turiferarios les han venido escurriendo el bulto hacia otros destinos, por pérdida de su confianza en tales embaucadores.
¿Pruebas? Mencionemos la última, que lleva escasas tres semanas. La Sala plena del tal consejo garante de la transparencia y el respeto de los comicios eligió como su nuevo presidente a la joya de Cambio Radical, César Augusto Lorduy, calcinado en las urnas en su intento por hacerse senador. El personaje es sacristán del clan costeño Char, el del expresidente del congreso Arturo Char a quien la Corte Suprema le dictó orden de captura internacional ¿Saben por qué? Precisamente por presuntos -tengo que decirlo porque si no hasta me meten preso- presuntos hechos de corrupción y compra de votos. ¿Investigador de bolsillo?
Lorduy, nuestro prócer, mató de un escopetazo a Alicia Ribaldo, de 16 primaverales años, cuya familia asegura que este la asesinó tras anunciarle “la voy a matar”. Salió impune por vencimiento de términos sin pagar un minuto por su hazaña. Su honorabilidad incluye acusaciones de acoso sexual y corrupción denunciadas por la congresista Ingrid Aguirre.
Lorduy reemplaza a la igualmente “honorable” magistrada Maritza Martínez, carbonizada como candidata a gobernadora llanera, esposa y ahijada política de Luis Carlos Torres Rueda, gobernador del Meta y senador quien renunció investigado por la Corte Suprema por parapolítica y destituido por la Procuraduría. Cuñada de Francisco Bayron, sentenciado con cárcel por los asesinatos del exgobernador del Meta, Carlos Javier Sabogal Mojica, la diputada Nubia Sánchez Romero y el excandidato a la Gobernación Euser Rondón Vargas.
Por falta de espacio no describo, por ahora, otros refugiados en este escondrijo de honorables como el paisano Álvaro Hernán Prada.