En La W se hizo público que la familia del presidente del Congreso se hizo a unas tierras que en el pasado habían sido despojadas. En los predios, Lizcano tramitó permisos para una bomba de gasolina. Hay más irregularidades.
Desde que empezó a circular en las redes sociales que el nuevo programa de Pirry había sido cerrado por el Canal RCN, versión que días después el periodista confirmó con voz propia, se especuló que una razón más poderosa que la “parrilla” había provocado la decisión. Se trataba de una supuesta llamada que el presidente del Senado, Mauricio Lizcano, habría hecho al canal para frenar la investigación que el equipo de periodistas adelantaba sobre él.
“Lo que ha creado todos estos rumores es que si antes no había una lupa puesta sobre el señor Lizcano ahora sí la hay. La gente está intrigada y quiere saber qué estábamos investigando”, le dijo Pirry a Semana.com en días pasados.
La intriga era tal, que existía la preocupación de que la investigación que Diana Salinas, una de las periodistas de investigación del programa, había llevado a la mesa de trabajo nunca saliera a la luz. Sin embargo, Pirry advirtió que Salinas había preferido renunciar al canal y que quería sacar la investigación “lo más pronto posible en otro medio”.
En efecto, Salinas reveló en La W que la familia Lizcano se hizo a unas tierras en Guamerú, Risaralda, donde hay un proyecto para construir una bomba de gasolina. Los predios, de 58 hectáreas, fueron adquiridos en un remate. Sin embargo, se trata de una propiedad que contaba con una medida cautelar, pues en el pasado había sido objeto de despojo.
De hecho, según lo ha documentado la Unidad de Restitución de Tierras, los anteriores dueños (Juan Fernando Acosta y Blanca Ofelia) fueron desaparecidos el 3 de noviembre de 1996 luego de haber sido hostigados por la guerrilla del EPL.
El senador, en diálogo con la emisora, aseguró que ellos fueron compradores de buena fe. También dijo que para el momento en que su padre Óscar Tulio Lizcano hizo el estudio sobre el pasado de las tierras, estas no tenían ninguna anotación. También dijo que antes de ser adquiridos por ellos, los predios fueron de una inmobiliaria.
Según lo pudo establecer Salinas en sus pesquisas, los Lizcano comenzaron a tramitar las licencias y los permisos para la estación de gasolina a través del Invías. Pero luego el proceso pasó a la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), donde el papeleo estuvo congelado entre 2015 y 2016.
Las tierras de Guamerú están ubicadas en una zona llamada el Triángulo de oro, que se beneficia directamente de la concesión Pacífico Tres, una vía que conectará el Norte de Caldas con el sur de Antioquia. El tema es que los Lizcano se aseguraron de adquirir los terrenos mucho antes de que se concesionara la vía. La pregunta que surgió en el curso de la investigación, es qué tanta información privilegiada tenía Lizcano.
Frente a lo anterior, el presidente del Congreso le dijo a la emisora: "Cinco años después de estar haciendo los trámites e Invías no nos han dado el permiso…me pregunto, cuál tráfico de influencias si ese sería el único delito que podía existir (…) esto es una infamia".