La Nación
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Estado fallido

El comentario de Elías

Maduro no tiene autoridad moral, ni política, ni intelectual, para enrostrarnos el Estado Fallido de los colombianos. La actual Venezuela nos supera en catástrofe. Sus niveles de corrupción rebasan los nuestros según Transparencia Internacional. Su incapacidad permitió los ataques eficaces del capitalismo local e internacional. Su modelo de Socialismo es otra renovación de las dictaduras tercermundistas. Como todas las izquierdas, no creó un sistema social más atractivo que el capitalista.

Pero a Maduro le sobran verdades para hacer semejantes afirmaciones. No miente. Basta observar los parámetros del Estado Fallido propuestos por The Fund for Peace para comprobar que los aprobamos casi todos. Basta leer el reciente informe de Transparencia por Colombia para constatar la inmensa corrupción de nuestras instituciones estatales. Unas más corrompidas que otras. Abundan los entresijos inmorales en Gobernaciones y Alcandías. Cada funcionario público tiene apariencia de delincuente al servicio de un político local que, a su vez, trabaja para un capo nacional. Profunda corrupción estatal, propia de un Estado Fallido.

Estado con un sistema inmunológico contaminado de sida. Incapaz de garantizar la seguridad básica a su población. No pudo vencer a las Farc, ni al ELN, ni a los paramilitares, ni a las Bacrim. Ni siquiera pueden con la delincuencia común de las ciudades. Peor aún, incapaz de protegernos de sus propias instituciones, tan peligrosas como las otras bandas.  La Uiaf, la Fiscalía y el Congreso abanderan la inmoralidad social.

Por Estado Fallido no declarado, no garantiza los servicios básicos: nuestra justicia resulta risible; la salud, una antesala del cementerio, y el empleo, unas estadísticas dudosas. Nuestros medicamentos, los más caros de la región; nuestros niños, abusados y muertos de hambre; nuestras mujeres, asesinadas impunemente. Las calles hierven en la extorsión, y las inundaciones arrastran casuchas y vidas de colombianos… Colombia, país viable sólo en discursos de políticos y para los negocios de la banca internacional.

Peor que la del Estado Fallido, Maduro nos restregó otra verdad, más dolorosa y más vergonzosa: el posible genocidio contra los desmovilizados de las Farc. Las señales ya hacen presencia con los asesinatos de líderes sociales y reclamantes de tierra. Se acentúan con los primeros asesinatos de guerrilleros desmovilizados. Se alimentan con los discursos incendiarios e amargados del uribismo.

Dolorosa verdad porque los posibles asesinados dieron un paso hacia la paz, mientras que los otros, al genocidio. Vergonzosa, porque nadie, como en el pasado, les garantizará el derecho a la vida. Colombia no será un Estado Fallido para las elites; pero para los colombianos, sí
jguebelyo@gmail.com