Esperanza Andrade
Cumpliendo nuestra palabra, el pasado martes radicamos en la Registraduría el comité promotor del Referendo por la Vida que convoca a la inmensa mayoría de colombianos para cambiar los artículos 5, 11 y 18 de la Constitución con el objetivo de prohibir el aborto como un derecho constitucional.
Por eso, lo primero que dijimos al salir del acto, acompañada de la bancada Pro Vida, activistas, académicos y población civil fue que “es un día histórico para Colombia porque tenemos que unirnos todos para defender la vida, el derecho a nacer…”, consciente de que iniciamos un histórico camino para conseguir más de cinco millones de firmas en defensa de los no nacidos.
Prometimos liderar esta batalla, como senadora Pro Vida, abuela y madre que ha defendido las causas de la familia, la mujer y la niñez, y, además, consecuente con mi responsabilidad política como miembro del Partido Conservador, desde el pasado 21 de febrero, cuando la Corte Constitucional despenalizó el aborto hasta la semana 24 de gestación.
Manifestamos, entonces, que respetábamos la decisión, pero no la compartíamos, porque en nuestra opinión, interpretando a la mayoría del país, es que lo primero es proteger los derechos del neo nato y la dignidad de la mujer. Y ante el fallo, deben ser los colombianos quienes decidan democráticamente.
Con el referendo buscamos modificar la Constitución en tres puntos concretos: la protección constitucional de los colombianos que están por nacer; defensa de la vida desde la concepción; garantía de objeción de conciencia para todas las personas, independientemente de que se desempeñen en el sector público o privado.
Y proponemos que el texto del artículo 11 de la Constitución quede así: “El derecho a la vida es inviolable. No habrá pena de muerte. La vida humana es indisponible en todas sus etapas. El ser humano, desde el inicio de la concepción y durante la gestación, tiene derecho a nacer, sin discriminación. No existe el derecho al aborto o a la interrupción voluntaria del embarazo”.
Nuestra participación no tiene cálculo político, solamente queremos garantizar el derecho a la vida del más indefenso, el no nacido, desde la concepción. En ese sentido, el año pasado radiqué un proyecto que pretende otorgarle el estatus de persona a quien está por nacer desde la concepción misma y así prevenir el aborto. Se declara que la vida existe desde el seno materno.
Siendo una hermosa cruzada de salud y vida, el proceso es complejo, con enemigos públicos y solapados, pero tengo la esperanza y fe de que el pueblo colombiano se sumará a la causa, nos apoyará por el derecho a la vida que debe ser respetado y protegido de forma incondicional en todas las etapas de desarrollo en que se encuentre.