Rosalba García de González narró para LA NACIÓN el momento que vivió al recibir dos dosis de Sinovac en un mismo día. La mujer de 92 años de edad se encuentra en buenas condiciones de salud y lista para el refuerzo del próximo 9 de abril. “Esa muchacha estaba elevada”, dijo sobre la actitud de la enfermera que no se percató que ya la había vacunado.
Carolina Argüello Cruz
A sus 92 años de edad, Rosalba García de González no se imaginó que se iba a convertir en noticia por la aplicación de la vacuna contra COVID-19. Ella se sentía como cualquier persona de su misma edad que se ha beneficiado con el Plan de Vacunación que se adelanta en el país.
Salir bien librada de ese mortal virus es para ella una de las mayores bendiciones, pues pese a que solo uno de sus nueve hijos resultó contagiado en su núcleo familiar, ella siempre creyó que solo la vacunación nos iba a salvar de su poderío.
Por tal razón, el pasado viernes 12 de marzo, se alistó y se preparó mentalmente para ese gran día que durante un año había esperado ansiosa, tenía la cita de vacunación en la ESE Carmen Emilia Ospina de Canaima. Su hija Nubia y la esposa de uno de sus nietos eran sus escuderas para que todo saliera bien, pero, pasó lo inesperado.
“A mí me preguntaron que si me iba a hacer vacunar y les dije: claro, a eso vine. Me tomaron la tensión y luego me pusieron la vacuna, yo estaba con la esposa de mi nieto porque a mi hija le dan nervios las agujas. En ese momento a ella le preguntaron por unos datos y vino la enfermera y me subió otra vez la manga de la blusa a ponerme la otra vacuna”, narró Rosalba García a LA NACIÓN.
García de González afirmó que tanto ella como su acompañante informaron que ya había recibido la dosis, pero, aún así recibió una segunda en menos de 30 minutos de diferencia de la primera.
“A mi ahí me dio mucho miedo, porque las enfermeras hablaban entre ellas y la jefe vino y me dijo que no fuera decir que me habían puesto dos vacunas. Me hicieron dar tantos nervios que se me subió la tensión, pero no me dolía nada”.
En ese momento, siendo aproximadamente las seis de la tarde, Rosalba pensaba en que era increíble que esta situación le estuviera pasando a ella.
“Esa muchacha estaba cómo elevada, y ahora están diciendo que yo me moví de la silla donde estaba y que por eso ella se equivocó. Yo no me moví para nada, ahí donde me puso la primera dosis, ahí estaba. Yo no sé si fue voluntario, pero por qué ella no iba a estar con los cinco sentidos, por qué no se fijó que me iba a poner otra vacuna”.
Normalmente, las personas que reciben la vacuna, en el caso de la de Sinovac, que se le aplicó a Rosalba, deben permanecer por un período de 30 minutos en el lugar para que el personal de la salud verifique que no haya efectos adversos.
Rosalba permaneció en vigilancia durante una hora y aunque los nervios la invadieron, nunca sintió dolor en la cabeza o en el brazo, ni tampoco los síntomas que le enumeraron que quizás podría presentar. Aunque la ESE Carmen Emilia Ospina afirmó que ha hecho seguimiento a la evolución de Rosalba, la mujer manifestó lo contrario.
“De la ESE nunca me volvieron a llamar, pero gracias a Dios yo me encuentro muy bien. Lo único que he sentido es un pequeño dolor donde tengo el puntico de la vacuna”, dijo García de González que está próxima a cumplir los 93 años de edad y que lo único que le afecta es la hipertensión y la diabetes.
Error involuntario
Ya son varios los casos de anomalías durante la vacunación que se han registrado a nivel nacional y en Neiva este fue el primero. Por tanto, el médico epidemiólogo de la ESE, Carlos Montalvo, expresó que se trató de un error humano, que dentro del Plan Nacional de Vacunación es denominado, error programático.
El especialista expresó que la aplicación de dos dosis en un mismo día no genera mayor riesgo para el paciente.
“Es importante señalar que, desde el punto de vista científico-clínico, la situación presentada de doble vacunación a una persona con la vacuna Sinovac, según los estudios de seguridad, tolerancia e inmunogenicidad, no genera un mayor riesgo de efectos secundarios ni de tipo reacción local o reacción sistémica o general y no lleva consigo la presentación de problemas médicos en el paciente”, reseñan.
Pese a lo sucedido, Rosalba, habitante del barrio Los Alpes de Neiva, está lista para recibir la próxima dosis que le programaron para el 9 de abril, ella lo deja en manos de Dios y ese día acudirá a la cita con la misma fe que la primera vez.