La Nación
COLUMNISTAS

COMFAMILIAR

Comfamilar del  Huila ha sido un entidad emblemática de la región que en épocas pretéritas aparecía entre el listado de las grandes reportando abultados resultados en operaciones y utilidades, de la cual nos sentíamos orgullosos; con el pasar del tiempo y por laxitud de los órganos de control y vigilancia, como de sus directivos, se ha visto abocada a su peor crisis,  por todos conocida, lo cual hizo pensar a la Superintendencia de Subsidio Familiar intervenirla causando temor a la dirigencia del Huila, porque en Colombia empresa intervenida es empresa liquidada;  optándose por un punto intermedio de una vigilancia especial y el compromiso de sus directivos para superar la interinidad con un nuevo director con capacidad y credibilidad que diseñe una estrategia para salvar la caja .

Las circunstancias que rodearon el proceso de elección y designación del nuevo director, también por todos conocido, hacen prever que les salió “peor la medicina que la enfermedad”.  “El palo no está para cucharas”.   La situación de la Caja es gravísima, con pérdidas en sus operaciones como el centro recreacional El Juncal, hoteles y el solo negocio de la salud, reportando pérdidas cercanos a cinco mil millones de pesos mensuales con un acumulado de más de cien mil millones de pesos, lo que podría arrastrar el capital de la Caja por no haberse constituido un patrimonio autónomo cuando se creó la EPS; y con la sospecha de un “falso positivo” en el otorgamiento monetario del subsidio.  Tampoco acataron la exigencia de una auditoria forense sobre el  estado actual de la entidad, para determinar el diagnostico real porque pueden haber peores cosas.

Con 112 candidatos  a la dirección de Comfamiliar muchos de ellos buenos ejecutivos y con hojas de vida intachables,  la ciudadanía esperaba un mejor proceso.   Parece que cambiaron para que todo siga igual.

Los patrocinadores políticos del nuevo director levantaron de nuevo el velo, creyendo que con el poder todo se puede y que acá en la comarca los que hacen control social o político los tienen medidos. No se equivoquen, las mieles del poder tienen límites, y habrá quien haga control social y político sin caer en el obstruccionismo.