Por su presunta coautoría en el secuestro extorsivo de un reconocido comerciante de Neiva, fue capturado en la madrugada de ayer John Freddy Castro López, quien se dedica al transporte escolar en el municipio de Aipe (Huila).
Al parecer, Castro López habría transportado en la misma camioneta que usa en su trabajo, de placas DLB-300 color blanco, a Belner Silva Caribello el día de su secuestro, el 2 de marzo del 2011. El vehículo fue incautado y puesto a disposición de las autoridades.
El plagiado afirmó haber reconocido al hombre, quien además es propietario de la finca ubicada en la vereda La Silvania en jurisdicción del Municipio Petrolero, donde estuvo secuestrado durante cinco días hasta cuando logró escapar y refugiarse en una finca vecina, hasta dar aviso a las autoridades. La orden de captura fue emitida por el Juzgado Cuarto Penal Municipal de Neiva.
El comerciante era objeto de extorsiones desde mayo del 2010 por parte de presuntos integrantes de las Farc, quienes le exigían la suma de 70 millones de pesos a cambio de no atentar contra su vida o la de su familia.
El secuestro
Según el testimonio ofrecido a la Fiscalía por parte del plagiado, el día de su secuestro, “luego de trasladarme hasta un paraje lejano, se bajó el conductor que me llevaba y se quitó el buzo, yo le vi el cuerpo blanco y velludo, la barriga y el tipo dijo que siguiéramos, que él se quedaba, cuando él habló fue que yo conocí la voz, que se trataba de Fredy Castro, también lo reconocí por su cuerpo, pues es una persona que conozco hace unos 10 años, y sé que es miliciano de las Farc-Ep, además la camioneta en la que me hicieron el transbordo era la que él venía manejando, la reconocí porque él tiene una de esas camionetas contratada con la Alcaldía de Aipe, recogiendo niños en Santa Rita, para llevar al colegio”.
El escape
“Mi captor me decía que corriera si me tocaba salir del ‘cambuche’ donde me tenían secuestrado. El día en que me fugué, le tocó cuidarme a un hombre que no había visto antes. A las 8:00 de la mañana me dio un desayuno y yo no quería comer, pero me insistió en que lo hiciera, porque se iba a ir y se demoraban, entonces yo le dije que me trajera una ‘aguepanela’, entonces salió y yo quedé solo. Al mediodía me levanté y revisé por ahí, entonces encontré las llaves del candado con el que me mantenían amarrado, al lado de un fusil, salí a ver dónde estaba y sentí alegría al ver que estaba en Santa Rita, una zona que conozco muy bien, ahí reconocí la finca propiedad de Fredy, luego caminé hasta la finca de un amigo”, narró ante el ente acusador el comerciante plagiado.